Escamoles en tamal

 

Existen distintas formas de preparar escamoles o larvas de hormiga, pero la receta de Jesús Roldán y Adriana Campos, del restaurante Itacátl, en Tepotzotlán, Estado de México, busca mantener un toque tradicional.

Recetas y fotos del libro Acridofagia y otros insectos, de Trilce Ediciones. Fotos: Jesús López, Michael Toolan, Pujol, Pitiona y Origen Oaxaca.

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Porciones: 4-6 porciones

Ingredientes:

  • 6-8 hojas de totomoxtle (hojas del elote)
  • 100 g de cebolla
  • 4 ramas de hierbabuena
  • 1 rama de epazote
  • 250 g de escamoles
  • Venas de chile pasilla al gusto
  • Sal al gusto

 

Procedimiento:

  1. Remojar las hojas de totomoxtle para que adquieran flexibilidad. Escurrir y reservar.
  2. Picar la cebolla en cubos pequeños y las hierbas en trozos finos.
  3. Para hacer los tamales, tomar una hoja de totomoxtle y rellenarla de escamoles, cebolla, hierbas y venas de chile; sazonar y cerrar como un tamal, cubrir con más hojas y, si es necesario, amarrar con alguna tirita de hoja de totomoxtle.
  4. Cocinar en un comal caliente y con fuego moderado para que la cocción sea lenta (20 minutos, aproximadamente). Retirar del comal, quitar los restos de hoja quemada y abrir frente al comensal. Acompañar con salsa roja y tortillas.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino blanco de color amarillo dorado, aromas a manzana, frutos secos y flores blancas; en boca es untuoso y de final prolongado.

Sugerencia: Santos Brujos, Chardonnay

Probamos algunas etiquetas de la vinícola Santa Carolina, una de las viñas más antiguas de Chile, con más de 135 años de historia. Y lo mejor, nos deleitamos con el tinto Luis Pereira, edición exclusiva y limitada a 100 botellas en México, para celebrar sus 140 años en el mercado. Todos sus vinos chilenos los puedes encontrar en las sucursales de La Europea. ¡Te los antojamos!

¿Cuáles son nuestros vinos chilenos favoritos?

Un Sauvignon Blanc; aromático, con mucha mineralidad y con notas a jalapeño. Lo acompañamos con croquetas de jamón ibérico extra cremoso. Costo: $135.

Sauvignon Blanc vinos chilenos

Seguimos con un Pinot Noir Reserva de la Familia —fue el primer vino chileno en obtener un reconocimiento en el extranjero, la medalla de Oro en la Exposición Universal de París de 1889—. Sus notas a frutas del bosque, zarzaparrilla y grosellas combinan con toques a tabaco, incienso y azafrán. En boca destacan los sabores de frutas silvestres y especies finas. Maridamos con huevos rotos: huevos con patatas, jamón ibérico y chistorra. Costo: $395.

El tercer vino que llegó a la mesa fue un Cabernet Sauvignon, Reserva de la Familia. Frutos rojos maduros, en especial ciruelas, junto con suaves notas a especias conforman sus aromas. En boca es concentrado y perfectamente equilibrado; sus taninos, maduros y aterciopelados, tienen una gran expresión de sabores. Costo $395.

Cabernet Sauvignon vinos chilenos

Pinot del Cerro es liviano y mineral, con aromas a frutas rojas, frambuesas y cerezas combinadas con notas florales de rosas y toques tostados. Lo maridamos con un pan artesanal crocante con chocolate. Costo: $1,395.

Cerramos con el tinto Luis Pereira, edición exclusiva y limitada a 100 botellas en México para celebrar los 140 años en el mercado de la vinícola. Delicados aromas a frutas rojas frescas como la zarzaparrilla, guinda ácida y moras maduras con notas de granada son sus características, así como ligeros toques a violeta, ciruela y algunas especias como la nuez moscada. En boca: pimienta roja, tabaco rubio y nuez moscada. Costo: $2,950 laeuropea.com.mx

Vinos chilenos

 

Con motivo del mes internacional contra el cáncer de mama en octubre, la casa tequilera presentó la edición rosa de su Tequila Clase Azul Reposado. Con la cual se pretende crear conciencia y sensibilización sobre esta enfermedad.

Bienestar de la mujer mexicana

Los responsables de la creación de esta hermosa botella pintada de rosa es Clase Azul Spirits, compañía creadora del emblemático Tequila Clase Azul y fundada en 1997, la cual desea contribuir al bienestar de la mujer mexicana.

Tequila Clase Azul Rosa Tequila Clase Azul

Valores, tradiciones y cultura de todo un pueblo artesano

Las botellas de Tequila Clase Azul Reposado Edición Especial Rosa fueron fabricadas artesanalmente por manos mexicanas. Y dichas joyas son de la comunidad mazahua de Santa María Canchesda, en el Estado de México. Por lo que llevan plasmadas en cada detalle los valores, tradiciones y cultura de todo un pueblo artesano.

Para su presentación, se realizó una cena en el restaurante Anatol de Polanco, en donde degustamos este delicado tequila con exquisitos platillos para la ocasión como:

  • jitomate heirloom.
  • ensalada de cangrejo.
  • lobina de Ensenada, Baja California.
  • filete de res black angus.
  • Y un dulce postre llamado verano rojo con migas de pimienta gorda, fresas perfumadas con romero y helado mascarpone con limón.

Todo maridado con Tequila Clase Azul Reposado Rosa. 

Cena Anatol Tequila Clase Azul

La edición especial de este tequila de exquisitos matices es de 1 litro

De las cuales solo se produjeron 10 mil piezas que estarán a la venta en México, Estados Unidos y Australia. Por cada botella vendida, Clase Azul Spirits generará el compromiso de realizar un donativo de 100 pesos a Grupo de Recuperación Total Reto, asociación civil sin fines de lucro dedicada a dar apoyo integral a aquellas mujeres mexicanas diagnosticadas con cáncer de mama.

A través de donativos como el de Clase Azul Spirits, Grupo de Recuperación Total Reto apoya desde 1983 a alrededor de 100,000 mujeres por año en todo el país brindando desde educación, diagnóstico y tratamiento hasta prótesis y acompañamiento a quienes padecen de ésta enfermedad, dando calidad de vida tanto a las pacientes como a sus familias.

postre rosa Tequila Clase Azul

Si deseas apoyar la causa ahora que comienza el mes rosa contra el cáncer de mama, adquiere tu botella Tequila Clase Azul Reposado Rosa, la cual tiene un costo de $1650 MXN y que puedes conseguir solo en La Europea.

 

 

Siempre hay una buena excusa para saborear estas frutas de dulce aroma y alegre color, que recuerdan postres frescos y colmados de sabor, dicen Clarissa Hyman y Arlett Mendoza

Las moras azules al madurar son tan dulces como el acompasado canto de Louis Armstrong, quien, mientras recuerda cómo se enamoró en Blueberry Hill, evoca frescas noches de otoño, época en la que los campos se pintan de azul y los agricultores dedican sus días a la cuidadosa cosecha de estas bayas.

En México, a partir de octubre se comienza con laMorasAzules de moras azules. En ranchos como La Concordia, en Zacatlán, la cosecha se hace a mano para preservar la frescura y evitar que se lastime la fruta. Y como la maduración no es homogénea, los agricultores regresan hasta ocho veces a la misma planta para recoger sus frutos.

Para conseguir moras azules con acidez equilibrada y jugosas, es necesario que crezcan en áreas donde los días sean largos y las noches frescas; además, requieren suelos húmedos, bien drenados, ácidos y arenosos. Estas bayas son endémicas del norte de América, y eran un alimento popular entre las tribus de nativos americanos. Ellos las comían crudas, deshidratadas al Sol, en sopas, en guisos y con pemmican (una masa de carne seca pulverizada). También se dice que se las ofrecieron a los primeros peregrinos para ayudarlos a sobrellevar su primer invierno. De ahí que durante el Día de Acción de Gracias, que celebran el cuarto jueves de noviembre, sean parte de uno de los acompañamientos estelares: la salsa de arándanos. Las moras azules y los arándanos negros pertenecen al mismo género: Vaccinium, una familia que también incluye las moras negras y los arándanos rojos.

Por mucho tiempo, nadie creyó que las moras azules pudieran ser domesticadas, pero un par de agricultores produjeron, finalmente, el primer cultivo comercial en Nueva Jersey, en 1916. Las especies híbridas que conocemos hoy en día se remontan a tres especies nativas de los Estados Unidos, que provienen de arbustos altos de hasta tres metros de altura, hasta una variedad enana que en ocasiones no supera los 15 centímetros. Durante la primavera, hermosos racimos de flores blancas, que posteriormente se convertirán en bayas, brotan de estos arbustos —al principio duras y verdes, después toman un color púrpura rojizo y finalmente se vuelven azules por fuera y con carne de un color verde translúcido…

Panquecitos-de-moras-azules-y-polenta-con-jarabe-de-naranja Crema-de-moras-azules-con-rosas-y-corona-de-merengue Ta-rta-de-crema-de-moras-azules-y-limón Queso-de-cabra-a-la-pa-rrilla-con-moras-azules,-nectarinas-y-aderezo-de-tomillo

Hace ya siglo y medio que el icónico whiskey Jack Daniel’s nació, suceso que merece grandes festejos. Por eso la destilería lanzará la edición limitada de Jack Daniel’s No. 7, que conmemorará esta celebración. Además de que el mixólogo Luis C. Iriarte ideó una selección de siete cocteles inspirados en el famoso whisky.

Jack Daniel’s No. 7 es madurado y embotellado con 50 de graduación alcohólica, tiene notas de caramelo y mantequilla. Seguidas de un final robusto, suave y persistente con sabores cálidos a roble tostado.

Es una creación que corresponde al maestro destilador Jeff Arnett. Quien comenta: “Para este whiskey, nuestros Maestros Toneleros se encargaron de crear nuestras barricas. Ellos reprodujeron la expresión contemporánea del tostado de una barrica como se hacía en 1866, quemándolas lentamente para resaltar los sabores y aromas de la madera”.

Jack Daniel’s

Coctelería con Jack Daniel’s

Fue con este perfil de sabor que el mixólogo Luis C. Iriarte se inspiró para crear cócteles conmemorativos, todos con el Jack Daniel’s No. 7 como protagonista, a excepción de uno.

  • Foodie Traveler: con pimiento rojo, fresa, cítricos y jugo de piña. Cuyo sabor fue el resultado de la inspiración de Luis con nuestra revista.
  • Manhattan Hibiscus: con infusión de vermut rojo, flores de jamaica y gotas de amargo de angostura.
  • Kinky Jack, de cerveza de jengibre, cítricos e infusión de hierba limón.

Jack Daniel’s

  • Backyard Lemonade, con Jack Daniel’s Tennessee Honey, jugo de limón amarillo, jarabe natural, cilantro fresco, soda de limón y bitters aromáticos.
  • Jack’s secret punch, con vino blanco, hierbabuena, pepino, fresas y limón amarillo, con soda de toronja y jarabe de flor de sauco.

Jack Daniel’s

  • Vintage Jack, con licor de ciruela, vermut rojo, tomillo, jugo de limón y jarabe natural con infusión de te rooibos y bitters aromáticos.
  • Jack in the pops, Vermut rojo, jugo de limón amarillo, jarabe casero de palomitas caramelizadas y jugo de manzana.

Prepara estos cocteles con el Jack Daniel’s No. 7, cuya edición especial estará disponible en México a partir de octubre.

 

Con la presentación de 22 bodegas de Italia a profesionales del negocio enogastronómico y para encontrar socios comerciales en territorio mexicano, el hotel Four Seasons de la Ciudad de México albergó la cuarta edición del Salón del Vino Italiano, organizado por ICE (Italian Trade Agency).

Antes de abrir las puertas del evento, el enólogo Jesús Díez ofreció una cata con 10 vinos para empezar este recorrido por Italia. En el cual casi todas las regiones vinícolas fueron representadas. Destacaron los blancos por su frescura y acidez, especialmente un Bianco Bellone 2015, de Casale del Giglio Azienda Agricola. Un rosado de Cantine La Pergola, el Selene 2015, de un lindo color pétalo de rosa, con aromas florales y frutales frescos.

vino italiano

 

En cuestión de tintos, nos interesó el 2012 de Valter Scarbolo, de la región Friuli Venezia Giulia. Elaborado con uva refosco —una variedad que se cultiva entre el noreste italiano y Eslovenia—. Presentaba un color rubí intenso, así como aromas a pimienta blanca y mermelada de ciruelas.

Una de las grandes particularidades del vino italiano es la diversidad increíble de sus cepas: cada región cuenta con una o más variedades autóctonas. En esta cuarta edición del Salón del Vino Italiano, probamos las delicias de Sicilia, de la bodega Sentieri Siciliani, donde la vid crece acostada en el volcán Etna, cuyas fértiles tierras brindan una excelente acidez a sus vinos; o de Puglia, con la bodega Coppi, donde se han hecho, a lo largo de la historia, bastantes cruces de variedades de uva desde Grecia, antes de difundirse en el resto del Mediterráneo.

vino italiano

El vino italiano ya se encuentra en el top 5 de los favoritos de los mexicanos, y aun nos falta mucho por conocer y por catar.

 

Según la leyenda, un pastor se había alejado demasiado de su casa. Sin nada más que un cuchillo, aprovechó la muerte accidental de un cabrito para limpiarlo, ensartarlo en una vara y saciar su hambre. Así nació el cabrito al pastor como un platillo emblemático de la zona norte de México.

Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, incluso el norte de San Luis Potosí, son las regiones donde el cabrito es el rey. Con los españoles, a principios del siglo XVI llegaron a México sefardíes y árabes, y sus alimentos básicos: cordero, cabrito y borrego.

cabrito

De ahí que se incluyeran en la dieta de los habitantes de la Nueva España. La cría de la cabra de menos de 45 días de edad es perfecta para convertirse en cabrito, siempre y cuando haya sido alimentada con leche materna. Como lo dicta la leyenda, se ensarta en una vara y se asa durante bastante tiempo con leña de mezquite.

La manera tradicional de comerlo es con tortillas de harina y salsa pico de gallo (chiles serranos, cebolla y jitomate). El resultado: una exquisitez que se basa en la simplicidad.

Chateaux et Domaines Castel es una empresa francesa cuyos excelentes vinos puedes encontrar en México exclusivamente con La Europea. Participamos en una degustación de cuatro de sus nuevas etiquetas en nuestro país. Aquí te contamos más para que te animes a catarlos.

Durante la degustación fuimos guiados principalmente por Sophie Castel, representante del grupo, quien nos comentó que éste nació en 1949, y desde entonces Chateaux et Domaines Castel se ha dedicado con gran pasión a respetar todo lo que respecta a su entorno: desde los terruños donde produce, hasta a la gran cultura del vino francés.

Chateaux et Domaines Castel

Iniciamos con Cru la Maqueline 2014, un vino tinto de Burdeos hecho con 93% de merlot por lo que tiene marcadas notas afrutadas. En boca se expresa elegantemente gracias a que reposa 10 meses en barrica en roble francés con una fracción de madera nueva. “Contamos con 19 propiedades en cuatro regiones francesas”, nos menciona Sophie Castel, lo que explica porqué sus vinos son muy diversos pero siempre de gran calidad.

A continuación llegó a nosotros el Chateau Latour Camblanes que junto a Chateau La Croix Montlabert sorprendieron nuestros paladares gracias a su alto contenido de merlot, 75% y 80% respectivamente.

Chateaux et Domaines Castel

Finalmente, y como broche de oro, Chateau Guillon Graves 2012, tomó nuestra atención debido a su toque mentolado, taninos suaves y elegantes, con notas que recuerdan al cacao, a la fruta madura y al cassis. laeuropea.com.mx

 

Regordetes y jugosos, seducen a quien los saborea. Clarissa Hyman y Fabiola Vega nos comparten algunas virtudes de estos suaves frutos.

La piel perfecta, suave y aterciopelada —el anhelo de muchas personas— es una de las características que más recordamos del durazno. Ese pequeño fruto que cabe en la palma de una mano, con tonos rojos, amarillos y anaranjados, es un regalo multifacético de la naturaleza. Y es que su sabor es tan apetecible que incluso Pedro Infante cantaba sobre el deseo de “comer un durazno desde la raíz hasta el hueso”.

Encontrar duraznos frescos para saborearlos inmediatamente es sencillo; gracias al clima mexicano se pueden comprar en el mercado o súper, o tomarlos en el árbol que se encuentra en el patio trasero de nuestras casas.

Si acaso tienes un duraznero, habrás notado lo bondadosos que son: otorgan gran cantidad de frutos además de sorpresas de piel lisa llamadas nectarinas. Ambos frutos están tan emparentados que de forma aleatoria los durazneros pueden dar nectarinas y viceversa. Situación que los agricultores suelen causar intencionalmente usando injertos.

La variedad nectarina

Cuyo nombre científico es Prunus persica, se caracteriza por poseer una cáscara suave y un origen misterioso. Su nombre —derivado de la frase alemana Pfirsich-Nektar, que significa néctar de melocotón— alude a su gusto intenso. Nectarinas y duraznos son genéticamente similares, ambos pertenecen a la familia de las rosáceas y son conocidos como drupas por tener una sola semilla en su interior.

Aunque provienen de la familia de los duraznos —los cuales continúan madurando después de la recolección—, debe evitarse la cosecha verde de las nectarinas, pues al removerlas del árbol, su maduración se detiene y no tendrán un sabor particularmente bueno. Tómalas en su mejor punto, es decir, cuando tengan una notable fragancia; así asegurarás su alto contenido de azúcar.

Los primeros registros del cultivo de las nectarinas se hicieron en el Imperio Romano, la Grecia clásica y la antigua Persia, para después llegar a Gran Bretaña a finales del siglo XVI. Allí, el poeta londinense John Keats escribió sobre estas frutas: “Hablando de placer, en este momento escribo con una mano y con la otra me llevo a la boca una nectarina —¡Qué delicia, qué fineza!—. Noto cómo se disuelve en la garganta, debajo de toda su carnosidad rezumante, cual si fuera una gran fresa beatificada”. En la actualidad, China produce más de la mitad de las nectarinas y duraznos del planeta, seguida por países como Estados Unidos, Italia y España.

Por otra parte, los duraznos tienen piel aterciopelada, delicada y sensible  a los golpes. Su origen se remonta a los valles montañosos de Asia Central, desde donde fueron trasladados por los viajeros que utilizaban la Ruta de la Seda. Entre las manifestaciones artísticas de China hay numerosas referencias al durazno, ya sea el fruto, árbol o la flor; en cualquiera de sus formas, lo encontrarás plasmado en pinturas, historias e incluso en porcelana, pues es un símbolo de longevidad e inmortalidad en la mitología de esa nación.

Se sabe que  el explorador y mercader veneciano Marco Polo observó “grandes delicias de 900 gramos cada una”, refiriéndose a estos frutos de pulpa blanca y amarilla.

Fueron introducidos a México hace poco más de 450 años

(Gracias al segundo viaje del navegante Cristóbal Colón). Existen dos clases principales: los de pulpa adherida al hueso —como el pavia, que es dulce y jugoso, perfecto para postres, aunque difícil de conseguir fresco, pues en su mayoría es enlatado— y los de pulpa suelta —cuya semilla se separa fácilmente, como el prisco: dulce pero menos jugoso, ideal para hornearlo—. De cada uno se desprenden variedades amarillas y blancas de acuerdo con el color de su interior. La mayoría de los duraznos que se producen en nuestro país provienen de Michoacán, Zacatecas, el Estado de México y Morelos.

Además de tener un gran sabor, estas frutas destacan por su bajo contenido de calorías y grasas, además de su gran cantidad de fibra, antioxidantes, minerales y vitaminas A, B y E. En conjunto, sus componentes son ideales para proteger al sistema inmunológico y evitar el riesgo de desarrollar Alzheimer y cáncer.

Para elegir el mejor durazno

No te dejes engañar por el tono rojizo, porque éste solo indica dónde recibió más luz solar. Observa el color de fondo, que debería ser amarillento. Selecciona los que estén firmes y libres de golpes y heridas.

A pesar de que ambas frutas son ideales para consumirse frescas, puedes usarlas en postres como helados y tartas; el clásico Peach Melba es un dulce francés creado por el chef Auguste Escoffier en Londres, quien lo ideó para consentir a la cantante de ópera Nellie Melba. También van perfecto en platillos salados, como en el magret de pato con puré de duraznos del restaurante Jaso, o en los tacos de tortilla de pepino con camarón al chamoy de durazno, que solía preparar el chef Omar Méndez de El Grillo.

No dudes en usarlo y saborea sus dulces notas en tizanas o ensaladas veraniegas, incluso en recetas tradicionales como el mole y el relleno del chile en nogada.

Desde la antigua Roma, pasando por un mantel tibetano perteneciente a un altar del siglo XVI, en el cual una diosa ofrece duraznos a los budas de la meditación; hasta las sensuales referencias del inmortal Pedro Infante, duraznos y nectarinas han demostrado ser parte esencial en el deleite de nuestros sentidos.

Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby / Fotos y producción: Angela Dukes / Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

Recetas

duraznos Peach and tuna salad

duraznos pochados duraznos

peach melba duraznos

Flatbread de nectarina con llovizna de dulce de coco y labneh dulce duraznos

Galettes de durazno y agua de rosas duraznos