Falsos Ravioles de plátano macho rellenos de tierra de la luna

 

La chef tabasqueña Gabriela Ruiz presenta una innovadora receta de falsos ravioles de plátano macho rellenos de tierra de la luna.

 

Porciones: 2 porciones

Ingredientes:

  • 40 ml de crema
  • 50 g de queso doble crema, desmoronado
  • 20 g de chicharrón, molido
  • Un puñado pequeño de hojas de cilantro

 

Para la masa de los ravioles

  • 100 g de plátano macho, sin cáscara
  • 20 g de harina
  • 40 g de azúcar
  • 20 g de manteca
  • 40 g de frijoles refritos

 

Para la salsa de jitomate

  • 500 g de jitomate, troceado
  • 150 g de cebolla blanca, troceada
  • Un puñado pequeño de hojas de cilantro, troceadas
  • 1 diente de ajo, picado
  • 15 g de mantequilla

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 200ºC. Para la masa de los ravioles, envolver los plátanos en aluminio. Hornear a 180ºC durante una hora aproximadamente.
  2. En una batidora, agregar la pulpa del plátano, la harina y el azúcar. Mezclar perfectamente. En una sartén a fuego medio, calentar la manteca. Añadir la masa anterior y mezclar. Dejar reducir durante 10 minutos. Retirar del fuego. Dejar reposar en el refrigerador durante ½ hora.
  3. Separar la masa en bolitas. Extenderlas y rellenarlas con frijol formando cubos.
  4. Para la salsa de jitomate, cocer todos los ingredientes excepto la mantequilla con suficiente agua en una olla. Licuarlos con la mantequilla hasta obtener una textura tersa.
  5. Verter la salsa de jitomate en un plato. Colocar encima los ravioles de plátano rellenos. Decorar con crema, el queso doble crema desmoronado, el chicharrón molido y las hojas de cilantro.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto italiano de uva sangiovese, joven de gran frescura, notas de fermentación maloláctica, frutos rojos y notas ligeramente animales y especiadas.

Sugerencia: Moris Morellino di Scansano

Sope de pulpo y chicharrón

 

Toma nota de esta exquisita receta de sope de pulpo y chicharrón de la chef tabasqueña Gabriela Ruiz, el favorito de sus comensales.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 2 hojas de laurel
  • 500 g de pulpo
  • 100 g de pulpa de aguacate
  • Jugo de un limón
  • ¼ de cebolla blanca, picada finamente
  • 20 g de manteca
  • 4 pzas. de tortilla de sope
  • 200 g de frijoles refritos
  • 250 g chicharrón prensado
  • 50 g de queso fresco
  • Un puñado de hojas de cilantro
  • 2 hojas de epazote, fritas
  • Sal, al gusto

 

Para el chiltomate verde

  • 1 cda. de aceite vegetal
  • 300 g de tomate
  • ¼ de cebolla blanca
  • 1 diente de ajo

 

Procedimiento:

  1. Poner a hervir suficiente agua en una olla. Agregar las hojas de laurel y suficiente sal. Una vez que el agua esté hirviendo, meter el pulpo lentamente y sacarlo inmediatamente. Repetir esta operación de tres a cuatro veces antes de soltarlo por completo en el agua para su cocción; esto garantiza que el pulpo quede suave. Dejar cocer el pulpo durante una hora y media. Para saber que ya está cocido, apretar un tentáculo y si los dedos no sienten resistencia y se clavan, está listo.
  2. Después de cocer el pulpo, separar los tentáculos de la cabeza. Picar los tentáculos en cubos pequeños y reservar.
  3. Licuar la pulpa de aguacate con jugo de un limón y sal hasta obtener un puré. Reservar.
  4. Para el chiltomate verde, barnizar todos los ingredientes con el aceite vegetal y sazonar. Colocarlos en una sartén y tatemar. Una vez cocidos los ingredientes, retirar del fuego
  5. y licuar. Reservar.
  6. En una sartén, calentar la manteca y colocar las tortillas de sope. Añadir encima los frijoles refritos, una cucharada del chiltomate verde,
  7. el chicharrón prensado y el pulpo. Retirar
  8. del fuego y decorar con cebolla, queso fresco recién rallado, gotas de puré de aguacate, hojas de cilantro y de epazote frito.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto francés de uva syrah, cuerpo medio, buena acidez, retrogusto amable y elegante, notas de carnes frías, flores y frutas rojas frescas.

Sugerencia: Les Arènes Cornas, M. Chapoutier

Lengua encacahuatada

 

Aprende a preparar esta deliciosas receta de Lengua encacahuatada de la chef tabasqueña Gabriela Ruiz.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 1 kg de lengua de res
  • ¼ de cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 2 hojas de laurel
  • Sal, al gusto

 

Para el encacahuatado

  • 1 cda. de aceite vegetal
  • ¼ de cebolla, picada
  • 200 g de cacahuates sin sal
  • 2 chiles de árbol
  • 2 jitomates, sin semillas
  • 2 tazas de caldo de pollo

 

Procedimiento:

  1. En la olla de presión, colocar la carne, la cebolla, los ajos, el laurel, sal y agua suficiente hasta cubrir. Cocinar durante 30 minutos o hasta que esté cocida la lengua. Sacar la carne y rebanarla. Reservar.
  2. Para hacer la salsa, en una cacerola calentar el aceite vegetal. Incorporar la cebolla y dejar cocer hasta que esté traslúcida. Agregar los cacahuates y los chiles hasta dorar ligeramente. Añadir los jitomates y dejar cocer durante 5 minutos. Licuar los ingredientes con el caldo. Verter la mezcla a una olla y cocinar a fuego bajo. Cuando suelte el primer hervor, integrar la carne para calentarla. Retirar y servir al instante.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto australiano de uva shiraz, buen cuerpo, fresco y mineral, notas especiadas, frutales y florales, taninos sedosos y elegantes.

Sugerencia: Katnook Estate Shiraz

 

Salmón de Navidad con especias

 

Estamos a pocos días de celebrar la Navidad, y si aún no sabes qué preparar para la cena, te recomendamos esta deliciosa receta de salmón de Navidad con especias, que le dará un toque innovador a tus platillos, saliendo del clásico pavo. Seguro te encantará.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 1 filete grande de salmón

Para curar el salmón 

  • La ralladura de una naranja
  • La ralladura de un limón
  • 2 cdtas. de canela molida
  • 2 cdtas. de nuez moscada molida
  • 1 cdta. de clavos de olor molidos
  • 1 cdta. de romero, picado finamente
  • 250 g de sal de mar
  • 250 g de azúcar
  • 150 ml de brandy

Para la col en escabeche

  • 100 ml de aceite de oliva
  • 70 ml de aceite de canola
  • 100 ml de vinagre de vino tinto
  • 2 cebollas moradas, rebanadas finamente
  • 1 pizca de sal, al gusto
  • 1 col morada, picada finamente

Para el yogurt

  • 200 ml de yogurt griego
  • 2 cdtas. de rábano picante
  • La ralladura de una naranja
  • 2 cdas. de jugo de naranja
  • 1 pizca de pimienta
  • 1 pizca de sal

 

Procedimiento:

  1. Colocar las mandarinas o clementinas en una olla grande, cubrir con el agua y llevar a ebullición. Tras 5 minutos, escurrir y cubrir de nuevo con agua fría. Agregar 150 g del azúcar y llevar a ebullición a fuego bajo, luego cocer por 15 minutos hasta suavizarse. Escurrir sobre un tazón y reservar el líquido, así como 3 mandarinas o clementinas cocidas para utilizar en la preparación de los bollos. En caso de usar mandarinas, en este punto deberás retirar las semillas.
  2. Poner el resto de las mandarinas o clementinas cocidas y una cucharada del líquido de cocción en un procesador de alimentos; moler hasta obtener un puré. Agregar 250 ml del líquido de cocción junto con el resto del azúcar, el jugo de limón, la glucosa y el triple sec; moler de nuevo.
  3. Verter en un contenedor de vidrio templado y congelar por 3 horas. Con un tenedor, romper los cristales de hielo formados en las orillas e incorporarlos con el centro. Congelar por 3 horas. Trocear y moler en el procesador de alimentos hasta obtener un sorbete cremoso. Congelar mínimo por 1 hora o hasta servir.

Chuleta de cerdo con reducción de higos

 

La época de reuniones con familia y amigos se acerca. Experimenta nuevos sabores, ingredientes y disfruta cada paso en la preparación de una deliciosa cena para los que más quieres. Aquí dejamos esta receta para inspirarte y ‪#‎CREATUMAGIA

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 4 chuletas de cerdo
  • 1 cebolla picada
  • 2 dientes de ajo
  • 500 g de higos frescos y 1 rama de apio
  • 3⁄4 de taza de vino tinto
  • 2 cdas. de vinagre balsámico
  • 2 cucharadas de miel
  • 100 gr de mantequilla Lurpak
  • Ramitas de tomillo o tu especia favorita
  • Sal, pimienta

 

Procedimiento:

  1. Esta es una preparación de Navidad que no te tendrá cocinando todo el día, a diferencia de tus tías. Puedes sustituir las chuletas por el corte de cerdo que más te guste. Sea lo que sea, inicia tu sesión precalentando el horno a 180o ºC.
  2. Salpimienta las chuletas, corta un trozo de mantequilla Lurpak y colócala en un sartén para que la magia en tu cocina comience a suceder. Luego, sella las chuletas por ambos lados solo para que estén doradas. Resérvalas fuera del sartén mientras cocinas los apios cortados en trozos.
  3. Ahora, lo más fácil del mundo: coloca en una charola las chuletas doradas, los apios con la mantequilla del sartén, cebolla fileteada, ajos, tomillo y los higos partidos por la mitad.
  4. Tapa todo con una hoja de aluminio y después de 30 minutos, saca tu ya-casi-lista-creación. Retira de la charola solo las chuletas y los higos. Llévala con todo y todo a la lumbre y riega en ella el vino tinto más dos cucharadas de vinagre balsámico.
  5. Deja que el líquido reduzca un poco, agrégale la miel y deja que reduzca otro poco más. Cuela tu salsa y regrésala a la lumbre, esta vez con los higos y una cucharadita extra de mantequilla Lurpak para darle brillo. Comprueba sal y pimienta.
  6. Ahora solo queda servir las chuletas con la salsa y los higos de la forma más artística que se te ocurra.

Si quieres aprender a cocinar más recetas deliciosas como esta, visita el sitio de lurpak.com¡Te van a encantar!

 

 

Coliflores baby asadas en salsa de jitomate y azafrán

 

Aprende a preparar estas deliciosas coliflores baby asadas en salsa de jitomate y azafrán.

 

Porciones: 8 porciones

Ingredientes:

  • 8 coliflores baby (800 g aproximadamente), o una grande cortada en trozos gruesos
  • 50 ml de aceite de oliva
  • 1 cabeza de ajo, partida a la mitad
  • 250 ml de caldo de pollo
  • 2 cdas. de pasta de tomate
  • 1 cdta. de páprika ahumada
  • 1 pizca de hebras de azafrán
  • 4 ramitas de tomillo fresco
  • Sal y pimienta, al gusto
  • Yogurt griego y unas cuantas hojas de cilantro para servir

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 180°C. En una olla grande, hervir agua con sal. Meter la colifor por 2 minutos en el agua y retirar. Escurrir bien y colocar en una bandeja para hornear.
  2. Colocar el resto de los ingredientes en una cacerola, sazonar al gusto y llevar a ebullición. Verter la mezcla sobre la coliflor y tapar la bandeja. Hornear por 40 minutos (dar vuelta a la mitad de la cocción) hasta que la coliflor esté tierna y los jugos se hayan espesado.
  3. Servir con un poco de yogurt griego y hojas de cilantro.

Estas joyas color caoba saben a Navidad europea. Aprovecha su dulzura para brindarle un toque delicioso a asados y postres, dicen Clarissa Hyman y Juan Pablo Montes.

Recetas y estilismo: Linda Tubby/ Fotos y producción: Angela Dukes/ Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

“En las largas noches, desde que las hojas de los castaños se han teñido de amarillo y el frío hace su aparición, se espera el momento de asar castañas. Toda la familia se reúne en torno al fuego, mientras se oye en la lejanía el estremecedor aullido de los lobos hambrientos que bajan hacia el valle. Al calor de las llamas, las castañas poco a poco se van tostando”… Esta imagen, que describe con minucioso detalle el naturalista y escritor español Miguel Herrero Uceda, es lejana, pues dichos árboles casi no los encuentras en México, luego de que el norte del país sufriera la plaga del castaño.

Es muy probable, como la descripción permite notar, que debido al amor de los españoles por estos árboles, los hayan traído a América y simplemente no se dieran como se esperaba… un poco como les pasó al llevarse chiles a Europa. Eso para nada significa que no puedas conseguir castañas en México, pues lugares como La Europea las traen, durante la época decembrina, enteras en agua o en puré.

Sin embargo, el origen de estos árboles y su fruto resulta confuso debido a las diferentes referencias escritas que han llegado hasta la actualidad. La primera de ellas —al menos de las que pudimos encontrar— es la del historiador griego Jenofonte. En su obra Anábasis, también conocida como Expedición de los diez mil, habla de los mosinecos, habitantes de la zona montañosa del norte de Anatolia, lo que es actualmente la parte asiática del territorio turco, al norte del Mar Negro. La gente de este pueblo, según Jenofonte, tenía costumbres extrañas: hablaba, reía y bailaba a solas y, sin embargo, tenía relaciones sexuales a la vista de todos. El historiador griego se lo adjudicaba al poder energético que les daba unas “nueces lisas sin ninguna hendidura” que eran su alimento principal, las cuales hervían y cocían como pan.

Al parecer los griegos las llevaron consigo desde ahí hasta la ciudad de Kastania, lo que explicaría el nombre que hoy reciben dichos árboles. Los romanos los plantaron por todas partes, incluida la península Ibérica. Aunque estudios botánicos de polen indican que en este territorio ya existían los castaños, lo cual causa confusión y da a notar que realmente nada se sabe de su origen.

Las castañas fueron, alguna vez, un elemento básico del invierno en muchas regiones pobres del Mediterráneo: se comían hervidas, tostadas o en forma de harina para hacer pan, pasteles y galletas. La polenta fue hecha con harina de castañas antes de la introducción del maíz del Nuevo Mundo.

Pueden pasar muchos años antes de que el castaño alcance su tamaño ideal y dé frutos; además, es famoso por su longevidad. El récord lo tiene un árbol siciliano llamado Castagno dei Cento Cavalli (Castaño de los cien caballos): se dice que fue plantado por los romanos hace 4 mil años y que en 1780, la última vez que fue medido, contaba con un diámetro de aproximadamente 19 metros.

Chestnuts

Claro que de las 10 especies principales, incluyendo las chinas, las japonesas y las americanas —habitantes frecuentes de Estados Unidos, Argentina y Chile—, solo existe una que es la adecuada. Esta sería la Castanea sativa, un tipo de castaña dulce o “española” que crece tanto de forma silvestre como cultivada desde hace varios miles de años en Francia, Italia, España y Portugal.

Las silvestres suelen ser pequeñas, redondas y silvestres, llamadas châtaigne, utilizadas para alimentar animales y para molerlas con el fin de obtener harina. Las cultivadas reciben el nombre de marron y son más costosas, pues desarrollan una sola nuez en cada cápsula. Las castañas frescas deben lucir firmes y sentirse pesadas para su tamaño; aquellas que ceden cuando se presionan, pueden estar un poco secas debido al almacenamiento, pero suelen ser más dulces.

Si tienes tiempo, prepara tus propias castañas. Existe un magnífico cuchillo con una navaja pequeña en forma de gancho, especialmente diseñada para cortar la piel dura que se encuentra en medio de cada castaña o para hacer una cruz en la parte lisa, con el fin de evitar que se quemen mientras se cocinan. 

Colócalas en una olla con agua caliente y deja que hiervan —8 minutos las pequeñas y de 10 a 12 minutos las grandes—. Deben pelarse calientes, frotándolas con un paño para evitar quemaduras.

De lo contrario, prueba tostarlas al carbón. En una noche fría, asar castañas a las brasas resulta una actividad muy agradable. Richard Mabey, autor inglés de Food for Free, sugiere dejar una castaña sin partir junto a las otras; así, la señal para saber en qué momento están listas es cuando explota la castaña entera. Sin embargo, y tal como lo advierte, la explosión es bastante feroz, por lo que la cáscara podría salir volando.

El repertorio culinario en Europa no solo incluye asarlas; también hay platillos como purés para acompañar carne de caza, y el delicioso gâteaux de castañas y chocolate. Tal vez la preparación más famosa son los marrons glacés, un tipo de castañas confitadas o glaseadas. Elaboradas con la variedad marron, incluyen procesos de hasta 16 pasos, que implican sumergir las castañas en un jarabe de azúcar hasta que se vuelven transparentes.

También existe, o mejor dicho, existía un legendario postre helado conocido como tarta Nesselrode. Éste fue creado para el conde Karl von Nesselrode, un diplomático ruso del siglo XIX.

Este postre, casi extinto, habría resurgido desde hace mucho tiempo de no ser porque, según el historiador gastronómico Ivan Day, hay que pelar, blanquear y pochar las castañas en almíbar antes de frotarlas sobre un colador fino para, después, ponerlas a enfriar junto con fruta cristalizada, cerezas al marrasquino, azúcar, yema de huevo y crema batida. El autor también señala que, en la receta original, había que dejar todo en una vejiga, aunque omite de qué animal. Si no te importa perder un poco de autenticidad, puedes agradecer que ya haya moldes de tarta y puré de castañas enlatado y listo para usarse.

NotaSabias

Las castañas son dulces y contienen almidón, pero muy poco aceite. Y son las únicas nueces que contienen una cantidad significativa de vitamina C.

La Ardèche francesa y la Castagna di Cuneo italiana tienen denominación de origen en sus respectivos países.

En España decir: “Esto es una castaña” hace referencia a aquellas actividades que son tremendamente aburridas.

Cuando se comen crudas, pueden causar gases intestinales. Aún cocidas es recomendable masticarlas bien, pues esto ayuda a que el cuerpo asimile los nutrientes.

En Japón, el puré de camote al vapor con castañas picadas y semillas de gardenia es un platillo típico de la víspera de Año Nuevo.

 

Recetas

 

Chestnut gallettes Castañas

Chestnut poussin Castañas

Chestnut meringues Castañas

 

Chestnut cheesecake

Flores de calabaza empanizadas con salsa caliente de trufa

 

Disfruta del exquisito sabor de la trufa y aprende a preparar esta innovadora receta de flores de calabaza empanizadas con salsa caliente de trufa.

 

Porciones: 2 porciones

Ingredientes:

  • 6 pzas. de flor de calabaza
  • 30 g de queso manchego
  • 30 g de queso gruyère
  • 30 g de queso mozzarella
  • 200 g de harina
  • 2 huevos
  • 200 g de miga de pan
  • ½ taza de aceite vegetal
  • 10 g de trufa, recién rallada

 

Para la salsa caliente de trufa

  • 50 g de mantequilla
  • 100 g de crema
  • 60 g de salsa tartufata

 

Procedimiento:

  1. Limpiar las flores de calabaza sin romperlas. Reservar en papel absorbente. En un tazón, mezclar los quesos manchego, gruyère y mozzarella. Rellenar las flores con esta mezcla. Empanizarlas pasando por harina, después por huevo y al final por miga de pan. En una olla con aceite caliente, freír las flores de calabaza rellenas. Dejar escurrir en papel absorbente.
  2. Para la salsa caliente de trufa, derretir la mantequilla en una sartén caliente. Agregar la crema y la salsa tartufata. Mezclar bien y dejar cocer durante 5 minutos o hasta obtener una consistencia cremosa. Retirar del fuego y reservar.
  3. Servir las flores de calabaza y verter un poco de la salsa caliente de trufa. Espolvorear la trufa fresca recién rallada. Acompañar con rebanadas de pan tostado.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto francés de uva pinot noir, elegante, aromas de frutos rojos maduros, ligeras notas de piel y champiñón, seco y sutil, acidez marcada y taninos finos.

Sugerencia: Nuits-Saint-George Louis Latour

¡Que su apariencia no te engañe! Al momento de cocinar, las trufas siempre harán lucir tu mesa con su magnífico aroma y delicado sabor, dice Alejandro Mendoza. Producción: Elsa Navarrete/ Fotos: Charly Ramos. Recetas: Gourmet Montiele (Andrea Quiroga) / Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

La trufa es la antítesis del amor a primera vista: por su apariencia, rugosa y llena de protuberancias, podría no haber flechazo inmediato. Hay que acercársele poco a poco y confiar en que su belleza estará en el interior… Finalmente, cuando la pruebas, sabes que has encontrado un amor para toda la vida.

Las trufas son hongos subterráneos del género Tuber, pertenecientes a la división de los ascomicetos. Están compuestas por dos partes: el fruto (parte comestible) y el micelio (raíces); estas últimas establecen una relación simbiótica con las raíces de los árboles, especialmente de encinos, abetos y avellanos. De esta forma, la trufa le ayuda a sintetizar ciertos nutrientes al árbol, y éste le provee otros a ella. En esta relación, ambas partes se benefician y crecen juntas.

Al ser hongos, las trufas se reproducen por medio de esporas. Sin embargo, a diferencia de los hongos que observas en el suelo de un bosque, cuyas esporas se dispersan por la acción del aire y el agua, las trufas, al estar bajo tierra, deben atraer a roedores y otros animales para que las ingieran; de esta forma, las esporas pasan intactas a través del tracto digestivo de los animales, y logran llegar a otros sitios.

Cuando se habla de la recolección de trufas, en estricto sentido no se denomina cosecha, sino cacería. Esto, porque quienes las buscan deben poseer habilidades como intuición, conocimiento del producto y, sobre todo, suerte.

Los cazadores de trufas salen al bosque y buscan los árboles asociados a éstas, donde sueltan a los perros cazadores. En el pasado, se empleaban cerdos hembras, pues se piensa que el aroma de la trufa es similar al de los cerdos machos. Ahora se emplean perros, pues los cerdos, al detectar el aroma de los hongos, rascaban la tierra y al encontrarlos, se aferraban fuertemente a ellos y era difícil quitárselos.

Por el contrario, los perros reciben un entrenamiento desde cachorros. Se prefiere el uso de hembras por su agudo sentido del olfato y porque son más leales a sus cazadores, pues al encontrar la trufa, la entregan a cambio de un premio.

Sandra Murguía, directora general de Gourmet Montiele, empresa pionera en la importación de trufas a nuestro país, explica: “La característica principal de la trufa es su poder aromático. Una trufa no huele si no está madura; cuando alcanza este punto, desprende su aroma y permite que los perros la encuentren”.

El aroma de la trufa es uno de los más seductores. De acuerdo con el blog Small Things Considered, del microbiólogo Moselio Schaechter, son varios los aspectos que determinan este perfil: uno es la presencia de levaduras en las trufas y otro es el hecho de que éstas son colonizadas por diferentes bacterias a través de sus ciclos de vida, las cuales juegan un papel fundamental en la conformación del aroma.

La temporalidad de la trufa dependerá de la variedad, y su disponibilidad de factores como la temperatura y la humedad. Aunque la región de Périgord en Francia y la de Piamonte en Italia son las más famosas para la búsqueda de trufas negras y blancas respectivamente, también se encuentran trufas —aunque solo negras— en países como España, Australia, Estados Unidos y China.

La trufas tienen temporadas específicas de caza. La más común de todas es la trufa de verano (Tuber aestivum), disponible de abril hasta agosto. Le sigue la Tuber uncinatum que va de agosto a noviembre. La trufa blanca (Tuber magnatum), la más codiciada por su poder aromático, va de septiembre a diciembre. Finalmente llega la Tuber melanosporum, que va de noviembre a febrero.

Salvo la trufa blanca, el resto de las trufas se pueden cultivar: se debe inocular el árbol con las esporas de la variedad de trufa deseada y esperar entre 7 u 8 años para cazar la trufa madura. Por esta razón, la trufa blanca es tan cara: “puede ser hasta 10 veces más cara que una trufa negra; una de verano puede costar 8 pesos el gramo, y una trufa blanca puede costar hasta 65 pesos el gramo”, explica.

La exquisitez de las trufas ha cautivado a los comensales desde tiempos lejanos. En el tratado culinario del siglo V d.C. titulado De re coquinaria, Marco Gavio Apicio dedica una sección del libro VII a las trufas, en la que ofrece siete recetas suntuosas para prepararlas. En una de ellas sugiere guisarlas con caldo, aceite de oliva, reducción de vino, vino, pimienta molida y miel.

En México consigues trufas frescas a través de empresas como Gourmet Montiele, o en conservas como láminas de trufa en aceite o aceite aromatizado.

Las trufas son 90% agua; para evitar que pierdan consistencia y humedad, envuélvelas de manera individual con un paño de algodón limpio, guárdalas herméticamente y refrigéralas.

Las trufas tienen una vida  útil de 20 días a partir de la caza, conservadas adecuadamente. Para la trufa blanca, el tiempo se reduce a 12 días. Si pierden consistencia, sumérgelas en granos de arroz, para que éste absorba la humedad  y la trufa no se descomponga.

La clave de la trufa es darle un carácter diferente a tus platillos; se distingue por su versatilidad y puedes experimentar al mezclarla con cítricos, quesos, pastas, cortes de carne o sopas.

La trufa es un perfume exquisito de la naturaleza. Conforme la conoces, más te enamoras de su personalidad, aroma y potencial. Con la trufa puedes inmortalizar momentos alrededor de la mesa. La trufa es el aroma de la tierra y del campo; de la rareza y el misterio. Franca y amable, siempre te consentirá con su presencia.

Agradecemos el apoyo de Gourmet Montiele (gourmetmontiele.com.mx) para la realización de este artículo. 

NotaSabias

La palabra trufa proviene del vocablo latino tufera, proveniente de la variación del vocablo tuber que significa hinchazón o tumor.

Existen museos dedicados a la trufa, como el Museo de la Trufa de Metauten en España o L’ecomusée de la Truffe en Francia; en ambos, puedes vivir la experiencia de ir a cazar trufas.

En noviembre de 2014, Appennino Food obtuvo el registro en el Libro de los Récord Guiness por una trufa blanca que pesó 1.483 kg; en diciembre, Sotheby’s subastó una trufa blanca de 1.89 kilos en $61,250 USD.

Recetas

F&T Trufas

F&T Trufas

F&T TrufasF&T Trufas