Pesca del día con huitlacoche, puré de maíz y flor de calabaza

 

Un deliciosa receta de Pesca del día con huitlacoche, puré de maíz y flor de calabaza que prepararás en menos de media hora y sorprenderás a tus invitados.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 1 kg de huesos de pescado
  • 1 puñado de hojas de cilantro
  • 4 hojas de epazote
  • 2 piezas de hoja santa
  • ½ cebolla
  • 1 tallo de apio
  • 30 g de poro
  • 30 g de nabo
  • La ralladura de 1 limón amarillo
  • Agar-agar, suficiente
  • 4 filetes de pescado blanco de 150 g cada uno
  • Sal de grano, suficiente
  • 100 ml de aceite vegetal
  • 1 mazorca de huitlacoche
  • 100 g de elotes baby
  • 50 g de mantequilla
  • 100 g de granos de maíz
  • 50 g de masa de maíz
  • 20 g de crema
  • 20 g de mantequilla
  • 30 g de chile pasilla, desvenado y sin semillas
  • 20 g de calabacita, cortada en medias lunas, ligeramente cocida

 

Para la salsa de belle fondue

  • ¼ de cebolla
  • 1 tallo de apio
  • 150 ml vinagre de manzana
  • 200 ml de salsa de pescado
  • 1 cdta. de dashi
  • Agua, suficiente
  • 3 cdas. de mantequilla
  • 3 cdas. de harina de trigo

 

Procedimiento:

  1. Para la salsa de belle fondue, primero elaborar un roux. En una sartén chica, fundir la mantequilla, y cuando esté burbujeando, añadir la harina; mover hasta incorporar y obtener una pasta ligeramente dorada. Reservar. En una olla con agua, cocer el resto de los ingredientes durante 10 minutos a fuego medio.
  2. Colar y espesar el líquido con el roux. Sazonar y reservar.
  3. Para el fondo de pescado, precalentar el horno a 180ºC. Rostizar los huesos de pescado durante 10 minutos a 160°C. Bajar la temperatura a 150°C y dejar cocer por 15 minutos más. Colocar los huesos en una olla resistente al horno y agregar agua hasta cubrir. Añadir el cilantro, 2 hojas de epazote, la hoja santa, la cebolla, el apio, el poro, el nabo y la ralladura de limón amarillo. Dejar cocinar en el horno durante 12 horas a 63°C. Retirar, colar y hervir el líquido en otra olla. Por cada litro de fondo, agregar 3 gramos de agar-agar. Dejar enfriar y una vez que se gelifique, romper con un batidor. Congelar y descongelar sobre una manta de cielo. Reservar.
  4. Dejar el pescado en una salmuera (por cada litro de agua añadir 10 gramos de sal) durante 20 minutos. Retirar el pescado y secar.
  5. Para el aceite de epazote, calentar el aceite vegetal en una olla a fuego medio durante 5 minutos. Bajar el fuego, agregar las otras
  6. 2 hojas de epazote y dejar infusionar 5 minutos. Retirar del fuego y cuando esté frío, licuar y colar. Reservar.
  7. Para nixtamalizar la mazorca de huitlacoche, colocar la mazorca en una olla con agua (por cada litro de agua añadir 15 g de cal). Dejar cocer hasta hervir durante 10 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar dentro de la misma olla. Cortar en rodajas y reservar.
  8. Untar los elotes baby con 30 g de mantequilla. Asarlos en una sartén caliente. Reservar.
  9. Para el puré de maíz, en una olla con agua y sal cocer el maíz, la masa de maíz, la crema y el resto de la mantequilla a 80°C durante
  10. 12 minutos. Licuar, colar y reservar.
  11. Hornear el chile pasilla a 130°C durante 5 minutos. Moler, tamizar y reservar el polvo de chile pasilla.
  12. Para el montaje, bañar el pescado con la salsa de belle fondue bien caliente hasta que se cocine. Colocarlo en un plato y en un extremo poner una rodaja de la mazorca de huitlacoche. Agregar una cucharada del puré de maíz y los elotes baby a un costado del pescado; encima colocar las flores de calabaza y las rodajas de calabacitas.
  13. Espolvorear polvo de chile pasilla y decorar con hojas de epazote. Por último, servir el caldo clarificado.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto italiano de uva pugnitello, buena acidez, frutal, notas ligeramente ahumadas y especiadas.

Sugerencia: Vanto Poggiolella

El distinguido restaurante Piaf del hotel Grand Velas en la Riviera Maya, fue el escenario de uno de los eventos más importantes de la escena culinaria internacional, al ser testigo de la reunión de cuatro de los mejores “Maîtres Cuisiniers de France”, Christian Têtedoie, Claude Le Tohic, Claude Godard y Michel Mustière, que se realizó del 14 al 18 de octubre.

El menú estuvo compuesto por 10 tiempos, en el que se ofreció lo mejor de la gastronomía francesa maridada con una selecta gama de vinos, que pudieron disfrutar los huéspedes del hotel con plan Todo Incluído, brindándoles una experiencia gastronómica internacional única.

Platillos Best of France

Los platillos que se pudieron degustar fueron los más innovadores de cada chef, algunos de ellos fueron:

  • Camarones al coco.
  • Paella.
  • Brocheta de diferentes tipos de carne.
  • Pasta francesa.

El chef Michel Mustière expresó su sentir en relación a la creación de este evento, el cual compartió, se empezó a planear desde hace un año, ya que lo que se buscaba era hacer un festival gastronómico muy diferente a los existentes.

Michel Mustière

Gracias a la aceptación que tuvo The Best of France Riviera Maya, también se abrió una ventana más grande al All Inclusive en México y en el mundo a nivel gourmet, pues con sus 18 Diamantes de la AAA, Grand Velas Riviera Maya ha establecido nuevos estándares en este concepto, por lo que su cocina es comparada con los mejores restaurantes en las capitales del mundo, además de que el resort es ampliamente reconocido como un promotor de la gastronomía francesa.

Debido a su gran éxito, se planea tener una edición de The Best of France Riviera Maya cada año. rivieramaya.grandvelas.com

Hotel Grand Velas Riviera Maya

 

 

El Día de Muertos ya está a la vuelta de la esquina y seguramente ya te estás saboreando el azúcar espolvoreada sobre el delicioso pan de muerto tradicional de estas fechas, acompañado de un rico vaso de de chocolate, café o leche. Pero, ¿y si en esta ocasión lo acompañas de alguna otra bebida como una cerveza? Suena raro ¿no?, y cuando lo pruebes simplemente te morirás de placer.

Ya para que tengas una extraordinaria experiencia este Día de Muertos, te decimos los diferentes tipos de cerveza que pueden combinar perfecto con el sabor de tu pan.

Lo recomendable para maridarlo es una stout. Este estilo tiene mucho cuerpo y presenta tostados tan intensos que percibirás aromas y sabores de café y chocolate, así que te imaginarás lo bien que puede llevarse con el pan dulce. También puede funcionar una porter, que es similar a la stout pero un poco más ligera.

 

Cerveza

 

Aunque no sólo se trata de tener una bebida que combine perfecto con tu pan, en este Día de Muertos también deberías intentar ¡hacer el tradicional pan de muerto con cerveza!

La cerveza cambiará el proceso de elaboración del pan, pero también la consistencia, el color y el sabor. Lo recomendable es usar una cerveza de tostados ligeros y con inclinación hacia los cereales para acentuar esos aromas y sabores en el pan.

¿Quieres intentarlo? Fernando Torres, panadero del restaurante Masa Madre, nos compartió la siguiente receta:

Para 4 panes de 500 gramos aproximadamente, necesitas:

 

En el prefermento:

  • 250 gr. de harina blanca
  • 10 gr. de levadura fresca
  • 150 ml. de cerveza
  • 5 gr. de esencia de azahar

 

Para la masa:

  • 1 kg. de harina blanca
  • 15 gr. de levadura fresca
  • 400 gr. de huevo
  • 200 gr. de yema de huevo
  • 20 gr. de sal

 

Otros:

  • 300 gr. de azúcar
  • 200 ml. de leche
  • 360 gr. de mantequilla
  • 5 gr. de ralladura de naranja
  • 5 gr. de anís estrella molido

 

Pan de muerto

 

 Procedimiento

 Primero debes realizar el prefermento con 24 horas de anticipación. Colocas todos los ingredientes en un recipiente, mezclas hasta incorporar. Tapas y lo dejas reposar en un lugar fresco.

Ya que esté listo, tras el reposo, en un recipiente colocas harina, levadura, huevo, yema de huevo, sal, azúcar y el prefermento. Debes amasar e ir incorporando la leche poco a poco, hasta obtener una masa. De igual modo añade poco a poco la mantequilla (a temperatura ambiente).

Vuelve a amasar hasta obtener una masa lisa y uniforme y agrega la ralladura de naranja y el anís molido. Posteriormente deja fermentar la masa por una hora a temperatura ambiente hasta que doble su volumen. Después de ese tiempo ‘poncha’ la masa, que es amasarla un poco para sacar el aire acumulado.

Corta la masa en porciones de 500 gramos, aproximadamente, y forma un bollo. No olvides colocarle arriba los “huesitos». Deja reposar por otros 45 minutos.

Para finalizar, barniza con huevo y hornea a 200 grados por 30 minutos. Derrite un poco de mantequilla para que al salir del horno puedas barnizarlos con ésta. Lo último, espolvorea con un poco de azúcar. ¡Y listo! Tenemos un pan de muerto hecho con cerveza.

Indispensable en la alimentación de México, el maíz es un grano que sorprende por su diversidad biológica y versatilidad culinaria. Conocerlo es entender una parte esencial de nuestra cultura, dice Alejandro Mendoza.

Con deliciosa nitidez regresa a mi mente una escena cotidiana de mi infancia en Pátzcuaro, Michoacán. Todos los días, a la hora de la comida, cruzaba la calle para ir a casa de doña Carmela y comprar tortillas hechas a mano. La imagen del majestuoso comal sobre el palpitante fuego, el aroma de la leña, el sonido del palmeado y el cálido sabor de un bocado de tortilla recién hecha se aferran con fuerza en mi memoria. Así como éste, millones de personas en nuestro país tienen algún vínculo cercano con el maíz, ya sea porque lo siembran, porque cocinan con él o porque forma parte de su alimentación diaria.

El maíz (Zea mays ssp. mays) es un pasto de la familia botánica Poaceae o Gramineae, al igual que el trigo, el arroz, la cebada y el centeno. En México, aproximadamente 90% de la producción de maíz se destina al consumo humano, con lo cual se satisface la demanda del grano para alimentar a la población; caso contrario es el grano destinado a la ganadería y a la industria, importado en su mayoría. De acuerdo con la SAGARPA, en 2014 el maíz para consumo humano se colocó en el tercer lugar de la producción agrícola nacional, con 23 mil millones 273 mil 256 toneladas.

Los orígenes de este cultivo se remontan a los procesos de domesticación del teocintle, su pariente silvestre, que llevaron a cabo los antiguos habitantes de Mesoamérica. La importancia del maíz en nuestro país se debe a que México está considerado como el centro de origen, domesticación y diversificación del grano, por lo que ha sido el cereal base de la alimentación desde hace 10 mil años aproximadamente. En Latinoamérica se han identificado cerca de 220 razas de maíz, de las cuales 64 se han ubicado en México. De estas 64 variedades, 59 se consideran nativas. Cada una posee diferencias en las formas de las mazorcas, el color o la textura de los granos. Así, en México se han reunido en siete grupos: cónico, sierra de Chihuahua, ocho hileras, chapalote, tropicales precoces, dentados tropicales y maduración tardía.

Maíz

Los usos del maíz en nuestro país cambian dependiendo de la región, de los grupos étnicos a los que se asocien, así como a los climas en los que se encuentren. Sin embargo, uno de los prodigios tecnológicos alcanzados en el mundo prehispánico fue la nixtamalización; este proceso consiste en hervir los granos de maíz en agua con cal, lo que facilita su molienda, además de aumentar la disponibilidad de sus nutrimentos, como la niacina. Este proceso fue desconocido en Europa por las poblaciones que dependieron del grano entre los siglos XVI y XX, por lo que sufrieron pelagra (deficiencia de vitamina D).

Diversos son los usos culinarios del maíz entre las cocineras tradicionales de México. Martina Sánchez Cruz, de Tlacolula, Oaxaca, vive en la región de los Valles Centrales, donde siembran maíz blanco y negro.

NOTAS SABIAS

El maíz se conoce como ixim en tsetsal, chontal, tojolabal y tsotsil; tsiri en purépecha; cuxi en totonaco; hapxöl en seri; dethä en otomí; sunuko en tarahumara y mooc en mixe.

Los curanderos navajos espolvoreaban harina de maíz en las paredes de la Casa Sagrada de Santa Fe y cantaban: “Alegría y belleza, que el maíz te acompañe hasta los confines de la tierra”.

Naturalmente, el maíz no contiene gluten, y se puede utilizar como cereal sustituto para preparar bases de pizza, tortillas o hotcakes.

En la zona preparan una bebida llamada tejate, cuya receta nos comparte: cocer el maíz con las cenizas de la leña; tostar granos de cacao, rosita de cacao y hueso de mamey. Luego, moler todo hasta obtener una pasta, que se bate con agua.

Sin duda, una de las cocineras tradicionales más conocidas es Benedicta Alejo Vargas de San Lorenzo en Uruapan, Michoacán. Ella se hizo famosa por sus tortillas bicolores, preparadas con masa de maíz blanco y azul: “todos las empezaron a copiar y entonces empecé a prepararlas de tres colores”, puntualiza. Para ello, pensó en el maíz rojo, una variedad que la gente ya casi no sembraba en su región, pues casi siempre se empleó para alimentar a los animales. Desde el momento en que comenzó a utilizar este maíz, la gente de su comunidad lo siembra más. Y aunque ahora le están copiando esta versión tricolor, dice que no le importa, pues así se sembrará más de este maíz. Benedicta explica las diferencias entre los tres maíces: el azul es más dulce que el blanco, el rojo es similar en sabor al azul, aunque se estira más.

Por su parte, Irad Santacruz, investigador gastronómico y líder del Convivium Slow Food Tlaxcala Malintzi, explica la relación del pueblo otomí-hñähñü con el maíz: “Este grupo indígena asentado en Tlaxcala es el máximo pueblo que ha resguardado las variedades de maíces de colores. En su haber existen más de 150 colores de maíces, algo único en el mundo”. Irad colecciona maíces y entre ellos se encuentra uno denominado Quetzalcóatl, una variedad casi desconocida: “Falta hacer la investigación botánica y antropológica de este maíz; reproducirlo y finalmente investigar posibles usos culinarios”, detalla.

mazorcas

Irad explica que el proceso por el cual se obtienen los maíces de colores es gracias a una siembra correcta y orgánica, sin la intervención de procesos sintéticos: “La gente siembra un maíz rojo, uno amarillo, uno azul y uno blanco. Cuando hay polinización, se mezclan entre sí y brotan maíces de diferentes colores”. Algunos usos culinarios de los maíces en Tlaxcala son: el maíz rojo para el mole de ladrillo, el maíz morado para el atole agrio de Ixtenco y el maíz azul para tortillas y tamales.

En Chiapas y Tabasco se prepara el pozol. Estela Lázaro Magaña, líder de Embajadoras del Cacao en Comalcalco, nos comparte la receta: hervir los granos de maíz en agua con cal; lavarlos y moler con cacao, hasta obtener un masa; finalmente, se bate en agua y se bebe.

Las aplicaciones del maíz en usos rituales (como el tesgüino), artesanales (como los cristos de caña de maíz), medicinales (como la infusión de pelos de elote para el dolor de riñón) y culinarios, revelan su importancia en México.

Al pensar en el maíz, lo que debe permanecer son los esfuerzos por conservar su biodiversidad y los usos variados del grano, pues como lo escribió Ramón López Velarde: “Patria, tu superficie es el maíz”.

NOTAS SABIAS

El 29 de septiembre se celebra en México el Día Nacional del Maíz.

El maíz es el cultivo principal de la unidad agrícola conocida como milpa, en la cual se asocian otras especies comestibles como frijol, jitomate, calabaza, chile y quelites.

El huitlacoche (Ustilago maydis) es un hongo parásito del maíz, que se ha utilizado como alimento desde tiempos prehispánicos. Es común encontrarlo fresco entre los meses de julio y septiembre en los mercados y tianguis.

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Lomo

Bhaji

Mazorcas con mantequilla

Sopa

Sopa de maíz y mariscos con crujientes de tortilla enchilada

 

Nada más delicioso que una sopa de maíz y mariscos con crujientes de tortilla enchilada, es muy fácil de preparar, así que solo dedícate a disfrutar.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 3 mazorcas de maíz tierno, aún con las hojas
  • 1 pimiento morrón
  • 2 cdas. de aceite de oliva
  • 1 cebolla, picada finamente
  • 2 dientes de ajo, picados finamente
  • 3 ramas de apio, picadas finamente
  • 250 g de papas, peladas y picadas
  • 2 hojas de laurel
  • ½ cdta. de hojuelas de chile, y un poco más para servir
  • 300 ml de leche entera
  • 300 ml de caldo de verduras
  • 90 g de camarones
  • 90 g de almejas de frasco o lata

 

Para los crujientes de tortilla enchilada

  • 4 tortillas de maíz
  • ¼ cdta. de pimienta de Cayena

 

Procedimiento:

  1. Para preparar los crujientes, untar las tortillas con pimienta de Cayena y cortar en formas irregulares. Colocar en una sartén tipo parrilla y asar hasta que aparezcan líneas marrones. Transferir a un recipiente hondo y dejar enfriar.
  2. Calentar una parrilla. Sin quitar las hojas de las mazorcas, cocinar durante 10 minutos, dando vuelta por todos los lados. Dejar enfriar durante cinco minutos y retirar las hojas. Desgranar las mazorcas y reservar.
  3. Asar el pimiento, transferir a una bolsa y cerrarla. Una vez frío, quitar la piel, las semillas y cortar la carne en cubos pequeños.
  4. Calentar aceite en una sartén grande, agregar la cebolla, el ajo y el apio; cocinar durante cinco minutos. Añadir las papas y las hojas de laurel. Revolver para cubrir con aceite y cocinar por 3 minutos. Agregar las hojuelas de chile y sazonar. Añadir la leche, el caldo de verduras, las mazorcas desgranadas y los granos de maíz. Cocinar a fuego bajo durante 15 minutos.
  5. Retirar las mazorcas y las hojas de laurel de la sopa. Licuar la mitad de la sopa hasta obtener un puré ligero. Verter el puré de nuevo en la sartén, junto con los camarones y las almejas. Mezclar perfectamente.
  6. Servir la sopa en tazones con trocitos de pimiento y algunas hojuelas de chile. Acompañar con los crujientes de tortilla.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino blanco francés de uva chardonnay, notas de frutas tropicales y minerales, retrogusto largo y complejo.

Sugerencia: Domaine Laroche Chablis Grand Cru Les Blanchots

Mazorcas de maíz asadas con mantequilla de chipotle y limón

 

Nada más delicioso que una sopa de maíz y mariscos con crujientes de tortilla enchilada, es muy fácil de preparar, así que solo dedícate a disfrutar.

 

Porciones: 4-6 porciones

Ingredientes:

  • 4 a 6 mazorcas de maíz tierno, aún con las hojas
  • 4 cdas. de aceite de girasol

 

Para la mantequilla de chipotle y limón

  • 10 g de chiles chipotles secos, remojados durante 3 horas hasta ablandar, sin semillas y picados finamente
  • 200 g de mantequilla con sal, suavizada a temperatura ambiente
  • La ralladura de un limón y una cda. de jugo
  • 10 g de hojas de perejil, picadas finamente

 

Procedimiento:

  1. Para la mantequilla de chipotle y limón, añadir los chiles a la mantequilla. Agregar la ralladura y el jugo de limón y mezclar bien. Añadir el perejil y mezclar de nuevo. Transferir la mantequilla a un tazón y dejar reposar en refrigeración por 2 horas o toda la noche.
  2. Colocar una parrilla sobre brasas de carbón ardiente. Aflojar las hojas del maíz y tirar hacia atrás, sin retirar de la mazorca; asegurar las hojas con tiras de las mismas hojas del maíz. Untar las mazorcas con el aceite y asar de 15 a 20 minutos, dando vuelta con frecuencia, hasta que estén un poco ennegrecidas y bien cocidas. Reservar calientes. Servirlas y untar con la mantequilla de chipotle y limón.

 

Maridaje Food and Travel:

Cava gran reserva de clima fresco, buena acidez, notas de levaduras y buena frutalidad.

Sugerencia: Gramona Imperial

Su carne jugosa y suculenta es una justa combinación de los gustos dulce y ácido, con un toque de umami, por lo que es una fruta versátil, dice Juan Pablo Montes.

Imagínate por un momento que los jitomates no existen. ¿Cuántos platillos serían distintos o ni siquiera existirían? ¿Cuál ingrediente hubieran agregado al inventar la ensalada caprese? Olvídate del pan tomate, de algunos tipos de pizza, de los jitomates deshidratados, de varios tipos de salsas, también de la sopa minestrone y un sinfín de recetas más que nunca se habrían preparado. Y también adiós a las tortas ahogadas, al fideo seco y todo aquello que se haga llamar “a la mexicana”. Así de importante es esta fruta… Sí, fruta.

La historia del jitomate no se podría contar sin la de su hermano: el tomate verde. Como ocurre en muchos sitios fuera de México, a lo que en nuestro país se le llama jitomate, afuera se le conoce como tomate, y claro, cuando vienen a México y piden un tomate, les entregan una pequeña bola verde cubierta por una cáscara. Por supuesto, de inmediato surgen las explicaciones sobre uno y otro.

La razón es que los dos miembros de la familia de las solanáceas tienen la misma raíz lingüística, así como usos semejantes en la dieta. El término genérico proviene de la palabra náhuatl tomatl que significa objeto gordo, y parte del verbo tomaua: parecer gordo. En náhuatl, se suelen usar diferentes prefijos para identificar variedades del mismo fruto como xaltomatl, donde xalli es arena, que se usaba para los tomates verdes plantados en arena; xicotomatl —donde xictli es ombligo—, que se refería a tomates con el centro sumido, y el miltomatl, que básicamente es el tomate de la milpa.

Por su parte, el jitomate no siempre fue el ingrediente popular que es hoy. En Mesoamérica, el cultivo más frecuente y antiguo fue el de tomate verde, domesticado hace más de siete mil años, según datos obtenidos de la excavación en el sitio de Zohapilco, en el valle de México, donde se encontraron semillas carbonizadas que datan del 5090 a.C.

Su hermano rojizo en realidad es originario de la región andina de América del Sur, particularmente de Perú, Ecuador, Bolivia y Chile. Se cree que su llegada a Mesoamérica fue a partir de aves migratorias que traían las semillas, pues no hay ningún tipo de registro que indique influencia humana en su distribución, de manera similar a lo que ocurrió con el cacao. A diferencia de los andinos, que no encontraron utilidad a la planta, las culturas mesoamericanas empezaron a ocuparlo en su dieta, aunque les era mucho más placentero el sabor ácido del tomate verde.

Así que es fácil asumir que la palabra jitomate proviene de la palabra xitomatl, comprobando que el tomate fue primero. Se pensaba que el prefijo provenía de la palabra xiuitl (hierba), aunque ahora se cree que es más probable que parta de la palabra xipehua (desollar o descortezar). Los indígenas primero consideraban al tomate verde con su cáscara natural y el jitomate era la fruta sin la cubierta.

Los conquistadores no hicieron tal diferencia entre el uno y el otro, por lo que se quedaron solo con la palabra tomate.

Los carnosos jitomates les parecieron encantadores a los españoles, y se cree que se les menciona en muchos de los escritos. El jesuita José de Acosta, quien viajó por México y Sudamérica durante el siglo XVI, se expresó de ellos como “frescos, jugosos y grandes”. Bernal Díaz del Castillo, en su libro La verdadera historia de la conquista de la Nueva España, narra el paso de los conquistadores por Cholula en su camino de lo que ahora es Veracruz hacia Tenochtitlan, y de cómo los indígenas se la pasaban “tratando de matarnos cada día y comer nuestras carnes” y “tenían las ollas listas con pimientos, tomates y sal…”, por lo que se tratan de posibles referencias a jitomates.

Al final, los españoles se llevaron tanto al jitomate del género Lycopersicon como al tomate verde del género Physalis. Debido a la gran variedad, optaron por las especies más comunes: L. esculentum var. esculentum y Physalis philadelphica. Básicamente, el tomate verde normal y el jitomate bola, aunque el segundo no era tan terso como ahora. En Europa, ningún país quiso comerlos en un principio, y los españoles los usaban como ornato.

Lee el artículo completo en nuestra edición de septiembre o en su formato digital.

RECETAS Y FOTOGRAFÍAS TOMADAS DEL LIBRO THE TOMATO BASKET DE JENNY LINFORD. FOTOS: PETER CASSIDY ($17.50 USD, amazon.com.mx). 

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Gazpacho and Bloody Mary prawn cocktail Ensalada de jitomates, melón y queso feta    Mermelada de jitomate a la vainillaFiletes de trucha

Mermelada de jitomate a la vainilla

 

Si no has probado la mermelada de jitomate, atrévete a prepararla, te fascinará.

 

Porciones: 1.3 kg apróximadamente

Ingredientes:

  • 1 kg de jitomates maduros
  • 1 kg de azúcar refinada
  • 6 g de pectina en polvo
  • El jugo de 2 limones recién exprimidos
  • 1 vaina de vainilla, abierta a lo largo, remover las semillas

 

Procedimiento:

  1. Hervir los jitomates y cortar en trozos grandes (reservar el jugo). En un tazón grande, colocar los jitomates picados con su jugo y mezclar con el azúcar, la pectina, el jugo de limón, la vaina y las semillas de vainilla. Cubrir y dejar macerar por dos horas. Colocar un tazón pequeño en el refrigerador (éste se utilizará para comprobar la textura de la mermelada posteriormente).
  2. Transferir la mezcla de jitomate a una sartén y calentar a fuego bajo. Revolver constantemente, hasta disolver todo el azúcar. Subir el fuego y dejar hervir. Cocinar de 6 a 10 minutos.
  3. Comprobar la textura; apagar el fuego y colocar un poco de mermelada en el tazón refrigerado. Dejar reposar por 30 segundos y presionar la mermelada con una cuchara. Si la superficie de la mermelada se arruga, está lista. Si no, continuar hirviendo a fuego bajo y probar de nuevo cinco minutos después.
  4. Una vez alcanzado el punto deseado, retirar la sartén del fuego y dejar reposar por 15 minutos. Retirar cualquier capa que se haya formado en la superficie. Guardar en frascos esterilizados con tapa cuando aún esté caliente.
  5. Mantener en un lugar fresco y seco de 4 a 10 semanas antes de comer. Una vez abiertos los frascos de mermelada, mantener en refrigeración.

¿Eres vegetariano y cada que son las fiestas patrias solo te encuentras con pozole, pambazos, birria y gorditas? No te preocupes más, ya que con esta deliciosa receta de chiles en nogada con soya, celebrarás como se debe la Independencia de México, pues disfrutarás a lo máximo de este platillo tradicional sin perder su original sabor.

 

Ingredientes

  •  6 chiles poblanos
  • 1 taza de soya molida texturizada
  • 2 cucharadas de cebolla
  • 2 jitomates
  • 1 ajo
  • perejil
  • 2 duraznos
  • 2 manzanas
  • 2 peras
  • 1/2 cucharada de membrillo
  • pasas
  • 4 almendras
  • 1 plátano macho
  • 3 huevos (opcional)
  • Sal y pimienta
  • 2 cucharaditas de aceite de soya
  • 2 granadas
  • 1/2 lata de leche condensada
  • 1/4 de crema fresca
  • 1/4 de nuez
  • 2 cucharaditas de brandy
  • Canela

 

chilen en nogada con soya

 

Preparación

  1. Poner aceite de soya en una cacerola y freír cebolla, ajo y jitomate. Ya que esté bien sazonado, agregar la soya texturizada (previamente hidratada y exprimida) y la fruta.
  2. Freír el plátano picado y agregarlo, ya que esté todo perfectamente mezclado, agregar las pasas, almendras, perejil, sal y pimienta.
  3. Para la nogada, poner todos los ingredientes en la licuadora y molerlos.
  4. Rellenar los chiles con la preparación, bañar con la nogada y adornar con la granada. ¡Ya estás listo para disfrutar el sabor de México!