Ensalada de betabel con burrata, arúgula, hongos, pistaches y nibs de cacao

 

Atrévete a preparar esta deliciosa receta de ensalada de betabel con burrata, arúgula, hongos, pistaches y nibs de cacao. Tus invitados quedarán encantados con su toque fresco y ligero.

 

Rendimiento: 4 porciones

 

Ingredientes

 

  • 250 g de betabel
  • Sal, al gusto
  • 30 g de pistaches pelados
  • 50 g de semillas de cacao
  • 4 burratas de 75 g

Para la vinagreta de hierbabuena

  • 100 ml de aceite de oliva
  • 1⁄2 taza de hojas de hierbabuena fresca
  • 30 ml de vinagre de vino blanco
  • 1 cda. de mostaza de Dijon
  • 10 g de cebolla
  • Sal, al gusto
  • Pimienta, al gusto

Para servir

  • 4 champiñones cremini o botón, sin tallo y en rebanadas delgadas
  • 1 aguacate, en cuartos
  • 100 g de arúgula

 

Procedimiento

 

  1. Poner los betabeles en una olla. Cubrir con agua fría y agregar una buena pizca de sal. Dejar cocer a fuego medio de 40 a 60 minutos; el tiempo dependerá del tamaño de los betabeles. Sacar del agua y enfriar. Cuando aún están tibios, pelarlos y reservar.
  2. Para la vinagreta de hierbabuena, calentar el aceite de oliva con la mitad de las hojas de hierbabuena. Calentar el aceite a fuego muy bajo, sin hervir, y cocinar por 30 minutos. Enfriar y pasar al vaso de la licuadora. Agregar el resto de la hierbabuena y añadir el vinagre, la mostaza y la cebolla. Licuar, sazonar con sal y pimienta, y reservar.
  3. Calentar el horno a 180 °C. Poner los pistaches y las semillas de cacao en charolas separadas. Hornear de 4 a 5 minutos los pistaches y de 8 a 10 minutos las semillas de cacao. Retirar de las charolas y enfriar. Trocear los pistaches, pelar las semillas de cacao y reservar ambas partes por separado.
  4. Para servir, cortar los betabeles a la mitad y luego en gajos. Transferir a un tazón y agregar la arúgula. Verter la vinagreta y rectificar la sazón con sal y pimienta.
  5. Repartir los gajos para la ensalada de betabel y la arúgula en cuatro platos. Decorar con las rebanadas de aguacate y champiñones. Espolvorear con pistache y nibs de cacao. Acomodar las burratas y terminar con un poco más de vinagreta.
  6. Mantener la burrata en el líquido hasta antes de servir la ensalada de betabel, ya que se seca muy rápido y pierde frescura.

 

Maridaje F&T

 

Vino naranja, ensamble, Guanajuato. Aromas a manzana roja y pétalos de flores; en boca, seco pero jugoso como una mandarina.

Sugerencia: Dos Búhos Anaranjado.

 

 

También puedes preparar: Chamorro de cerdo estofado en salsa de achiote y vino blanco

Elabora estas recetas de postres fríos o congelados con anticipación para finalizar sin estrés tus fiestas de fin de año. Sus sabores indulgentes y detalles festivos agregan el toque final perfecto a un banquete elegante, sin que nadie se acalore ni se agobie en la cocina. Fotografía y producción: Angela Dukes / Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby.

También lee: ¡Llegó la hora de brindar en los 10 mejores bares de México!

Semifreddo de tiramisú

 

Helado casero de vainilla y café, un bizcocho envinado con madeira y jerez, y una capa de chocolate amargo en polvo. Sin duda, este semifreddo de tiramisú es perfecto para cualquier cierre especial.

 

Rendimiento: 6 a 8 porciones (empezar 1 día antes de servir).

 

Ingredientes:

  • 3⁄4 de lámina de grenetina
  • 1 cda. de café soluble
  • 3 cdas. de vino Madeira dolce
  • 4 cdas. de jerez Pedro Ximénez
  • 200 g de chocolate oscuro 75% cacao
  • 18 soletas de vainilla (disponible en rappi.com.mx)
  • Cocoa sin azúcar, para espolvorear
  • Molde de 24 x 11 centímetros, de 7 centímetros de profundidad

Para el helado de café

  • 250 g de crema para batir
  • 250 ml de leche entera
  • 10 g de café soluble
  • 5 yemas de huevo
  • 75 g de azúcar morena
  • Termómetro para alimentos

Para el helado de vainilla

  • 200 ml crema batida
  • 300 ml de leche entera
  • 5 yemas de huevo
  • 2 cdtas. de extracto puro de vainilla
  • 100 g de azúcar refinada
  • 2 cdas. de leche descremada en polvo

 

Procedimiento:

 

  1. Hacer el helado con un día de anticipación. Para el helado de café, poner la crema para batir y la leche en una cacerola y calentar lentamente hasta que aparezcan burbujas en el borde de la cacerola. Añadir el café soluble hasta que se disuelva.
  2. Batir las yemas de huevo y el azúcar en un recipiente, hasta que obtengan un color pálido y el azúcar se disuelva. Verter gradualmente la mezcla anterior de café y revolver bien. Calentar de nuevo a fuego bajo y revolver continuamente con una cuchara de madera hasta que la mezcla empiece a espesar. No permitir que la mezcla se caliente a más de 80 °C o se cuajará. Colocar en un recipiente limpio y poner en otro recipiente con agua fría para enfriar rápidamente. Refrigerar hasta el momento de batir.
  3. Batir con ayuda de una máquina de helados, de acuerdo con las instrucciones del fabricante, hasta que se congele. Alternativamente, usar el método de congelación. Verter la mezcla en un recipiente y transferir, sin tapar, al congelador.
  4. Después de una hora y media, romper los cristales de hielo alrededor de los bordes con ayuda de un tenedor, llevar el hielo al centro y batir hasta que se rompan. Volver a congelar y repetir el proceso de congelación y batido nuevamente. Luego, volver a congelar hasta que el helado esté firme, pero no sólido. Transferir a un procesador de alimentos y procesar hasta obtener una consistencia suave y más ligera. Regresar de nuevo al recipiente y congelar hasta que se necesite.
  5. Para el helado de vainilla, colocar la crema para batir y la leche en una cacerola y calentar lentamente hasta que aparezcan burbujas en el borde de la cacerola. Batir las yemas de huevo, el extracto de vainilla, el azúcar y la leche en polvo en un recipiente, hasta que obtengan un color pálido y el azúcar se disuelva.
  6. Poco a poco verter la mezcla anterior de leche y revolver bien. Devolver a la cacerola a fuego bajo y revolver continuamente con una cuchara de madera, hasta que la mezcla empiece a espesar. No permitir que se calienteamásde80°Cose cuajará. Verter en un recipiente limpio y colocar en otro recipiente con agua fría para enfriar rápidamente. Refrigerar hasta el momento de batir, o bien, usar el método de congelación antes mencionado.
  7. Para armar el postre, forrar el molde con una hoja de papel encerado y cubrir por completo con plástico autoadherente.
  8. Remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Disolver el café soluble en 3 cucharadas de agua hirviendo en un tazón o jarra. Añadir la grenetina, 7 cucharadas de agua fría, el Madeira dolce y el jerez. Romper 125 gramos de chocolate en pedacitos. Colocar en un miniprocesador de alimentos y moler para picar finamente; reservar.
  9. Poner el helado de café y vainilla en el refrigerador para que se ablanden un poco, si es necesario. Vigilar de cerca: solo necesitan ablandarse lo suficiente como para agregar capas suaves, pero no deben derretirse demasiado.
  10. Comenzar el armado, sumergir una soleta a la vez en la mezcla de café sin dejar que se empape. Distribuir seis a lo largo en la base del molde forrado. Espolvorear con la mitad del chocolate picado. Añadir una capa de helado de vainilla a una altura de 1.5 centímetros, seguida de una capa de helado de café. Repetir el proceso y finalizar con las últimas seis soletas sumergidas en la mezcla de café, una a la vez. Cubrir la superficie con plástico autoadherente. Congelar de 7 a 8 horas o durante toda la noche.
  11. Desmoldar sobre un plato unos 30 minutos antes de servir, y refrigerar. Romper en pedazos los 75 gramos de chocolate restantes. Esparcir sobre la superficie y espolvorear con cocoa. Cortar en la cantidad de rebanadas deseadas, aproximadamente con 2 centímetros de ancho. Guardar el semifreddo restante en el congelador.

 

Maridaje F&T

 

Vino blanco dulce, ensamble, Italia. Aromas que recuerdan naranja, leño, almendra y galleta de jengibre; en boca es suave y aterciopelado.

Sugerencia: Vin Santo Occhio di Pernice, Silvio Nardi.

 

 

También puedes preparar: Merengues de marron glacé.

Soufflé helado de calvados con salsa de manzana caramelizada y chips de manzana

 

Este soufflé helado de calvados es una versión adulta para redescubrir la alegría de las manzanas caramelizadas. Todos tus invitados quedarán fascinados y será el cierre perfecto para cualquier banquete.

 

Rendimiento: 6 porciones

Ingredientes

Para los soufflés

  • 175 g de azúcar refinada, más 4 cdas. extra
  • 6 cdas. de calvados
  • 4 claras de huevo
  • 400 ml de crema para batir, más 4 cdas. extra
  • Hojas de acetato (disponible en papelerías)
  • 6 moldes de 125 mililitros o tazones para soufflé

Para los chips de manzana

  • 125 g de azúcar refinada 2 manzanas

Para la salsa de manzana

  • 550 g de manzanas Gala
  • 4 cdas. de calvados
  • 6 cdas. de azúcar refinada
  • 3 cdas. de mantequilla

 

Procedimiento:

 

  1. Cortar una tira de acetato de 10 centímetros de ancho o usar papel encerado. Colocar dentro de los moldes, formando un círculo que sobresalga del borde de los moldes. Asegurar con cinta adhesiva o hilo de cocina.
  2. Para los soufflés, poner 175 gramos de azúcar en una cacerola pequeña con tres cucharadas de agua caliente y calentar a fuego bajo hasta que el azúcar se disuelva en un jarabe claro. Aumentar el fuego a medio y continuar cocinando hasta obtener un caramelo dorado. Retirar del fuego, añadir el calvados y las cuatro cucharadas de crema batida al caramelo. Revolver hasta obtener una mezcla suave. Colocar dentro de un recipiente grande con agua fría para enfriar rápidamente.
  3. Batir las claras de huevo en un tazón hasta formar picos suaves y agregar las cuatro cucharadas adicionales de azúcar, poco a poco, batiendo para incorporar entre cada adición. Sin lavar los batidores, batir los 400 mililitros de crema batida en un recipiente aparte, hasta que quede blanda y mantenga su forma.
  4. Incorporar la crema a la mezcla de calvados, seguida de las claras de huevo batidas. Verter en los moldes preparados de manera uniforme para que la mezcla quede a 1.5 centímetros por encima del borde. Congelar de 4 a 5 horas.
  5. Para los chips de manzana, precalentar el horno a 100 °C. Poner el azúcar en una cacerola con tres cucharadas de agua caliente y calentar a fuego bajo hasta que el azúcar se disuelva en un almíbar claro; luego, cocinar a fuego bajo durante 1 minuto. Rebanar las manzanas, sin pelar ni descorazonar, en rodajas finas. Quitar los extremos o los recortes y reservar en una cacerola para usar más tarde para la salsa de manzana caramelizada. Poner las rebanadas en el almíbar de azúcar y remojar.
  6. Cubrir una charola para hornear con papel encerado. Retirar las rebanadas de manzana del almíbar, escurrir el exceso de almíbar dentro de la misma cacerola y colocar sobre el papel encerado en una capa uniforme. Hornear durante aproximadamente 1 hora para secar. Revisar la cocción para que no se peguen al papel y dar vuelta a la mitad de la cocción. Si se preparan con anticipación, se pueden almacenar en un recipiente hermético hasta por 1 semana.
  7. Para la salsa de manzana, pelar y descorazonar las manzanas y cortar en trozos pequeños. Colocar los recortes de manzana en una cacerola. Añadir 400 mililitros de agua, cubrir la mitad de la olla y cocinar a fuego bajo durante unos 20 minutos, hasta que la manzana esté muy suave. Escurrir en un tazón para recoger los jugos; luego colocar los trozos suaves de manzana en un miniprocesador de alimentos y moler hasta obtener un puré.
  8. Poner el líquido de cocción de la manzana en una cacerola pequeña y cocinar a fuego bajo hasta que se reduzca a aproximadamente a tres cucharadas. Transferir a un recipiente y añadir el calvados. Agregar el azúcar a la misma cacerola junto con dos cucharadas de agua y calentar suavemente hasta que se disuelva en un jarabe claro. Aumentar el fuego y hervir hasta obtener un caramelo. Apagar el fuego y agregar la mantequilla, revolviendo para derretir; luego, añadir el jugo de manzana reducido y la mezcla de calvados. Añadir el puré de manzana, transferir a un tazón y dejar enfriar.
  9. Para servir, retirar el círculo de acetato de los moldes. Decorar con unos cuantos chips de manzana y servir con salsa de manzana caramelizada al gusto.

 

Maridaje F&T

 

Calvados blanco, manzana, Francia. Predominan los aromas a manzana verde y cítricos, con recuerdos a cereza y notas florales; en boca se muestra largo e intenso en retronasal.

Sugerencia: Calvados Original, Famille Dupont.

 

 

También puedes preparar: Tarta de naranja y merengue tostado.

Tarta de mousse de chocolate y almendras

 

Decoradas con virutas de chocolate crujiente, estas tartas son ricas y llenas de chocolate, pero de textura ligera.

 

Rendimiento: 6 porciones

 

Ingredientes

 

Para la base

  • 200 g de harina de trigo
  • 1 pizca de sal
  • 85 g de azúcar glas
  • 85 g de mantequilla, cortada en cubos y refrigerada
  • 2 yemas de huevo, más 1 clara
  • 6 moldes para tarta de fondo suelto, de 9.5 centímetros de diámetro y 3 centímetros de profundidad
  • Perlas para hornear

Para el relleno

  • 100 g de chocolate oscuro con chile
  • 15 g de mantequilla
  • 1 cda. de cocoa, tamizado
  • 2 cdas. de almendras molidas
  • 3 huevos, 1 de ellos separado
  • 125 g de azúcar refinada

Para decorar

  • Chocolates en forma de hojas y ramas, u otras siluetas
  • Azúcar glas, al gusto

 

Procedimiento:

 

  1. Precalentar el horno a 190 °C y hacer la base. Poner la harina, una pizca de sal y el azúcar glas en un procesador de alimentos; moler para airear. Añadir los cubos de mantequilla y trabajar hasta obtener una textura que se asemeje a migajas finas. Agregar las yemas y una cucharada de agua, y moler nuevamente hasta que la mezcla se una. Colocar sobre una hoja de plástico autoadherente y aplanar, cubrir y refrigerar durante unos 30 minutos o hasta que la mezcla esté firme como para extenderla fácilmente.
  2. Cortar la masa en seis piezas; luego extender una pieza a la vez y forrar los moldes. Cubrir la masa con círculos de papel encerado, arrugar para que se ajuste a los lados del molde, rellenar con perlas para hornear y hornear de 15 a 20 minutos. Retirar las perlas y el papel, y barnizar el interior con la clara de huevo; luego, devolver al horno por 5 u 8 minutos más, hasta que las bases estén doradas. Retirar del horno y aflojar las bases, pero dejar en los moldes (esto asegurará que se desmolden fácilmente cuando el relleno se haya cocinado). Reducir la temperatura a 180 °C.
  3. Para el relleno, poner el chocolate y la mantequilla en un tazón pequeño y derretir a baño María, durante 5 minutos; luego, añadir la cocoa y las almendras molidas. Batir los 2 huevos enteros y 1 yema con 100 gramos de azúcar, hasta que los batidores dejen una marca; luego, incorporar la mezcla de chocolate.
  4. Batir la clara de huevo restante hasta que se formen picos suaves y añadir los 25 gramos de azúcar restantes, poco a poco, hasta obtener una consistencia firme. Incorporar suavemente a la mezcla de chocolate y huevo. Verter en los moldes para tarta y hornear de 9 a 10 minutos hasta que la superficie esté crujiente y se agriete un poco. Dejar que se enfríen por completo antes de retirar del horno.
  5. Decorar cada tarta de mousse de chocolate con ramitas y una hoja de chocolate, espolvorear con azúcar glas y servir.

 

Maridaje F&T

 

Vino fortificado, ensamble, Portugal. Conocido por su equilibrio y dulzor con aromas a ciruela pasa, nuez, dátil y textura untuosa.

Sugerencia: Ramos Pinto Oporto Tawny.

 

 

También puedes preparar: Soufflé helado de calvados.

 

Panna cotta de vainilla y pistache con jalea de Jamaica y algodón de azúcar

 

Una pizca de magia comestible eleva estos postres en capas al reino de la fantasía, con un sabor igual de magnífico. Sin duda, esta panna cotta de vainilla y pistache les encantará a tus invitados.

 

Rendimiento: 6 a 8 porciones

Ingredientes

Para la panna cotta de vainilla

  • 3 hojas de grenetina
  • 250 ml de crema batida
  • 2 cdtas. de extracto de vainilla
  • 75 g de chocolate blanco, finamente picado
  • Vasos de 250 o 300 mililitros

Para la jalea de Jamaica

  • 5 láminas de grenetina
  • 5 cdas. de flores de Jamaica
  • 3 cdas. de azúcar refinada

Para la panna cotta de pistache

  • 2 1⁄2 láminas de grenetina
  • 50 g de pistaches
  • 20 g de azúcar refinada
  • 250 ml de crema batida

Para decorar

  • Algodón de azúcar
  • Confeti de estrellas doradas comestible (disponible en central-gourmet.mx)

 

Procedimiento:

 

  1. Para la panna cotta de vainilla, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Poner la crema para batir en una cacerola y calentar sin que hierva. Agregar la vainilla y el chocolate blanco, y apagar el fuego hasta que el chocolate se derrita. Retirar la grenetina del agua, exprimir y añadir a la crema. Revolver hasta disolver. Cubrir y dejar reposar para que se enfríe un poco, pero sin refrigerar. Revolver y dividir entre seis u ocho vasos de 250 o 300 mililitros. Refrigerar para cuajar por unos 25 minutos.
  2. Para la jalea de Jamaica, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Poner las flores de Jamaica en un recipiente y añadir 400 mililitros de agua hirviendo, y dejar reposar por 15 minutos. Retirar las flores del líquido, exprimir y añadir la grenetina y el azúcar, y revolver. Calentar si no se disuelve bien el azúcar. Cubrir y reservar hasta enfriar.
  3. Tan pronto como la panna cotta de vainilla se haya endurecido, retirar del refrigerador. Verter una cantidad uniforme de jalea de Jamaica en cada vaso, dejando suficiente para una capa final. Devolver los vasos al refrigerador durante unos 30 minutos.
  4. Para la panna cotta de pistache, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Moler los pistaches junto con el azúcar en un procesador de alimentos, hasta obtener un polvo fino. Poner la crema para batir en una cacerola y calentar sin que hierva. Retirar del fuego, añadir unas cucharadas de crema a los pistaches y mezclar hasta obtener una consistencia suave. Añadir un poco más de crema y mezclar. Retirar la grenetina del agua, exprimir y añadir a la crema. Revolver para disolver.
  5. Agregar la mezcla de pistaches y revolver hasta obtener una consistencia suave; luego cubrir y reservar para que se enfríe por completo. Cuando la capa de jalea se haya endurecido, agregar la panna cotta de pistache. Si esta última se ha endurecido mucho, colocar el recipiente sobre otro recipiente con agua muy caliente y revolver para obtener de nuevo una consistencia suave. Devolver los vasos al refrigerador y dejar reposar por 30 minutos hasta que cuaje.
  6. Dividir la jalea de Jamaica restante entre los vasos y refrigerar durante unas horas. Al momento de servir, decorar con algodón de azúcar y esparcir estrellas doradas comestibles.

 

Maridaje F&T

 

Vino de Jerez, Pedro Ximénez, España. Aromas a ciruela pasa, dátiles, chocolate oscuro y café; en boca posee mucho dulzor.

Sugerencia: El Candado, Valdespino.

 

 

También puedes preparar:Tarta de mousse de chocolate y almendras.

Tarta de naranja y merengue tostado

 

Esta tarta de naranja y merengue tostado les encantará a todos tus inivtados. Es un sensacional postre de pasta de hojaldre relleno de crema de naranja y limón, cubierto con merengue y avellanas.

 

Rendimiento: 8 a 10 porciones

 

Ingredientes

 

Para la base

  • 100 g de mantequilla, acremada y a temperatura ambiente
  • 65 g de azúcar refinada
  • 3 yemas de huevo
  • 225 g de harina de trigo, más extra para espolvorear
  • 65 g de almendras, molidas
  • 1 clara de huevo, para barnizar
  • Molde para tarta de 23 centímetros con fondo suelto
  • Perlas para hornear

Para el relleno

  • 300 ml de crema para batir
  • 6 huevos
  • 1 pizca de sal
  • 175 g de azúcar refinada
  • 1 limón, el jugo
  • 4-6 naranjas, exprimidas para tener 300 ml de jugo y reservando la ralladura de 2 de ellas para la cobertura

Para la cobertura

  • 120 g de azúcar refinada
  • 2 claras de huevo
  • 1 pizca de cremor tártaro
  • 25 g de avellanas, tostadas y picadas
  • Termómetro para alimentos
  • Manga pastelera con duya
  • Soplete de cocina

 

Procedimiento:

 

  1. Para la base, batir la mantequilla y el azúcar con ayuda de una cuchara de madera, hasta que estén suaves. Añadir las yemas de huevo, una a la vez, batiendo hasta que el azúcar ya no esté grumosa y la mezcla tenga una consistencia firme. Agregar la harina y las almendras. Verter sobre una hoja de plástico autoadherente y formar una bola con la mezcla. Aplanar un poco y envolver con el mismo plástico, luego refrigerar durante unos 30 minutos hasta que la masa se haya endurecido lo suficiente como para laminarla fácilmente.
  2. Precalentar el horno a 200 °C. Colocar una charola dentro del horno para calentarla. Extender la masa, espolvorear con harina si es necesario, y forrar el molde. Presionar la masa en el molde y pasar un rodillo por encima para quitar el exceso de masa. Pinchar la base con un tenedor y refrigerar por 10 minutos.
  3. Cubrir el molde con un círculo de papel encerado y arrugado, recortado para que se ajuste a los lados del molde; luego, añadir algunas perlas para hornear, y hornear durante 20 minutos. Retirar las perlas y el papel, y hornear por otros 5 minutos más. Barnizar con la clara de huevo para sellar la masa y hornear por otros 2 minutos, hasta que esté crujiente y dorada. Retirar del horno y reducir la temperatura a 160 °C.
  4. Para el relleno, poner la crema para batir en una cacerola pequeña. Romper los huevos en un recipiente mediano y agregar una pizca de sal y el azúcar. Revolver suavemente con un batidor de globo para mezclar; la mezcla no debe volverse espumosa. Agregar el jugo de limón y naranja. Calentar la crema a fuego medio hasta que comiencen a aparecer burbujas. Añadir la crema caliente a la mezcla de huevo poco a poco, revolviendo suavemente con el batidor.
  5. Mientras la base aún está caliente, verter la mezcla anterior de crema y huevos hasta que esté a unos cinco milímetros del borde. Transferir al horno y dejar de 25 a 30 minutos. Para evitar la sobrecocción, revisar cada 10 minutos; tan pronto como la mezcla tenga un ligero bamboleo en el medio al mover el molde, estará lista. Dejar enfriar por unos 20 minutos; luego transferir a una rejilla para que se enfríe por completo. Si se consume de inmediato o dentro de los siguientes dos días, retirar del molde y colocar en un lugar fresco mientras se termina la tarta. Si se conserva por más de dos días, guardar en el molde en un lugar fresco.
  6. Para la cobertura, poner el azúcar en una cacerola con 3 cucharadas de agua hirviendo. Calentar a fuego bajo y, una vez que el azúcar se haya disuelto en un jarabe claro, aumentar el fuego y hervir a una temperatura de 121 °C. Si no hay un termómetro disponible, hervir durante unos cuatro minutos, pero no permitir que el azúcar se caramelice. Colocar la base de la cacerola brevemente en un recipiente con agua fría para detener la cocción.
  7. Batir las claras junto con el cremor tártaro, hasta que los batidores dejen un patrón en la espuma. Agregar gradualmente el jarabe de azúcar, batiendo continuamente. Para acelerar el proceso, colocar la base del recipiente en otro recipiente más grande con agua fría y batir hasta que la mezcla esté tibia. Colocar en una manga pastelera con duya y formar dos o tres círculos cerca del borde de la tarta, dejando la mitad de la tarta expuesta. Usar un soplete para tostar el merengue.
  8. Mezclar las avellanas y la ralladura de naranja y esparcir en el centro de la tarta y un poco sobre el merengue. Servir de inmediato o almacenar en un lugar frío hasta por dos días y servir a temperatura ambiente.

 

MARIDAJE F&T

 

Vino blanco dulce, ensamble, Coahuila. Con aromas florales, amielados y afrutados; en boca tiene mucha jugosidad que envuelve al dulzor.

Sugerencia: Cosecha Tardía Casa Madero.

 

También puedes preparar: Semifreddo de tiramisú.

Merengues de marron glacé

 

Estos merengues de marrón glacé están compuestos de forma magistral. Primero una cubierta crujiente, luego un relleno suave y un bocado consistente al final. Una forma indulgente de disfrutar las castañas en todo su esplendor.

 

Rendimiento: 6 porciones

Ingredientes

 

  • 4 claras de huevo
  • 2 pizcas de cremor tártaro
  • 225 g de azúcar refinada
  • Manga pastelera
  • Duya de estrella

Para el relleno y la decoración

  • 30 g de azúcar morena
  • 150 g de puré de castañas, sin azúcar
  • 100 ml de crema para batir
  • 4 dulces de castañas (marron glacé)
  • Spray dorado comestible, al gusto (disponible en amazon. com.mx)

 

Procedimiento:

 

  1. Precalentar el horno a 100 °C. Forrar dos charolas para hornear con papel encerado.
    Poner las claras de huevo en un tazón grande junto con el cremor tártaro y montar con una batidora de mano hasta que los batidores dejen un patrón en la espuma. Añadir el azúcar poco a poco, batiendo constantemente hasta obtener una mezcla firme y brillante. Transferir el merengue a la manga pastelera con la duya de estrella.
  2. Formar seis aros de aproximadamente 6.5 centímetros de diámetro. Duyar otros dos aros sobre el borde del primero para construir una especie de nido. Hacer 6 tapas pequeñas con un final puntiagudo sobre la misma charola. Hornear por alrededor de 1 hora, hasta que se despeguen de la charola fácilmente. Dejar enfriar en el horno apagado.
  3. Para el relleno, colocar el azúcar y tres cucharadas de agua hirviendo en una cacerola pequeña a fuego bajo y dejar que se disuelva, hasta obtener un almíbar claro. Subir un poco el fuego y cocinar durante unos minutos.
  4. Poner el puré de castañas en un recipiente y luego agregar gradualmente la preparación anterior del almíbar. Revolver bien hasta obtener una mezcla suave. Batir ligeramente la crema hasta que esté blanda; luego incorporar al puré.
  5. Montar los merengues de marron glacé una hora antes de servir. Trocear los dulces de castañas y repartir entre las bases de merengue. Agregar un poco de crema de castañas y cubrir con las tapas de merengue más pequeñas. Rociar con spray dorado comestible y almacenar en un lugar fresco.
  6. Servir los merengues de marron glacé.

 

Maridaje F&T

 

Vino espumoso, moscatel, Italia. Ligeramente espumoso con mucho dulzor y aromas a durazno, chabacano y naranja confitada.

Sugerencia: Pinelli Moscato, Giacomo Sperone.

 

Repleta de vitaminas y con un sabor dulce parecido a la nuez, la calabaza butternut se encuentra en su mejor momento en esta temporada. Ya sea en forma de tarta cremosa o en un suculento curry, es un placer infalible que te encantará recrear. Encuentra aquí todo acerca de este valioso ingrediente y pon manos a la obra para cocinarla. Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby / Fotografía y producción: Angela Dukes / Fotografías interiores: Adobe Stock.

 

La calabaza butternut y sus características

 

Las diferentes variedades de calabaza que hay en la actualidad han dejado atrás a las variedades amargas que se producían de manera silvestre desde hace más de 10 mil años. Así, las que conocemos hoy en día son producto de una domesticación que comenzó en América 5000 años a. C. Pertenecen a la familia de las Cucurbitaceae, en la cual también se incluyen a los melones, las sandías y los pepinos, y una de sus características principales es que crecen en una enredadera a nivel del suelo. Su nombre en inglés, squash, se deriva de la palabra narragansett que significaba cosa verde que se come cruda.

 

calabaza butternut canasta

 

En efecto, las calabazas pueden llegar a pesar 135 kilogramos, motivo por el cual son los frutos más grandes del mundo. Entre sus ventajas está que perduran por mucho tiempo, por lo que pueden almacenarse por varios meses, sobre todo si se propician las condiciones favorables para su conservación, como una temperatura a 15 °C y el estar en un lugar seco. Esto hace que estén presentes en el supermercado casi todo el año. Sin embargo, su momento óptimo para preparar recetas con calabaza es después de su cosecha, en el otoño.

Dentro la diversa gama de calabazas que existen, la butternut (Cucurbita moschata) o mantequilla destaca por su delicado sabor con recuerdos de nuez. Se trata de una de las especies originarias del continente americano y está englobada dentro de las calabazas de invierno. Y, aunque se cultiva en muchas latitudes, son muy comunes en Norteamérica, y el estado de Florida es uno de sus principales productores a nivel mundial. 

 

Atributos que destacan en la cocina

 

La calabaza butternut se caracteriza por tener un color interno anaranjado intenso, mientras que su cáscara exterior es considerablemente dura y posee un color café claro. Su forma es alargada, pero tiene una protuberancia mayor en la parte baja, en la cual se concentran sus semillas. Aunque no es un tipo de calabaza que se distinga por contar con semillas en abundancia, son un atributo que no debe pasar inadvertido a la hora de aprovecharla al máximo.

 

calabaza butternut crema

 

De hecho, las semillas contienen hasta 50% de aceites naturales y 35% de proteína, por lo que se comen como un delicioso snack. Entre otros usos, además de las recetas con calabaza, con ellas también se puede hacer harina o aceite de manera industrial, mientras que en México también se utilizan para espesar moles.

En cuanto a los atributos culinarios que posee la calabaza butternut, uno de los más elogiados es su toque untososo como de mantequilla, así como su sabor ligeramente dulce. Esto te dará muchas probabilidades a la hora de cocinarla tanto en preparaciones de cocina salada como en postres, e incluso en aquellas que dan un sabor umami. Su corteza dura también puede ser un aliado para cocinar, puesto que puede hornearse con ella y después disfrutar de su pulpa.

 

Úsala en tus preparaciones

 

Antes de que se acabe su temporada, no dudes en disfrutar del infalible sabor que la calabaza butternut le dará a tus platillos dulces y salados. Las sopas, guarniciones e incluso pasteles y natillas son su forma más común a la hora de transformarlas.

En España, el chef madrileño Rodrigo de la Calle, quien es conocido como creador de la gastrobotánica, vio en este producto un gran potencial, por lo que fue protagonista en su show cooking de la Butternut Conference (Murcia, junio 2022), un evento organizado por productores portugueses y españoles que promueve este ingrediente. Así, mostró más de 10 técnicas de utilizarla, entre las que destaca el encurtirla, hacerla marinada, gazpacho o hasta como sustituto de papas fritas

 

pay de invierno

 

En México, es precisamente en esta temporada de octubre y noviembre cuando más la encontrarás en los menús de los chefs que se rigen por una cocina de productos estacionales. Un ejemplo es Sheyla Alvarado, al frente del restaurante Lunario en Valle de Guadalupe, quien ha puesto en su menú de invierno una reconfortante sopa de calabaza butternut, que se termina con sus semillas. O bien, Eduardo García, de Máximo en Ciudad de México, quien recurre regularmente a este producto para emplearlo en sus menús de degustación y servirlo en preparaciones sinceras como la tartaleta de calabaza mantequilla con hueva de trucha ahumada. 

En los menús de Día de Acción de Gracias también es básico para una de las preparaciones más icónicas: el pumpkin pie. Por su sabor ligeramente dulce y corteza relativamente suave, en comparación con otras calabazas de invierno, es una de las preferidas a la hora de hornearla y obtener el puré con el que se elabora este famoso pay que reina en el otoño.

 

Beneficios nutrimentales

 

Botánicamente es una fruta, pero culinariamente se utiliza como una verdura. Esto se debe a que al momento de cocinarlas desarrollan una consistencia y sabor parecido al de la papa, probablemente por su contenido en almidón.

 

recetas con calabaza

 

Es una buena opción a la hora de incluirla en tu dieta y cuidar tu alimentación, ya que una taza de cubitos de calabaza butternut contiene tan solo 63 kilocalorías, de las cuales únicamente el 2% corresponden a grasa. Esta misma porción te brindará fibra, 1.4 gramos de proteína vegetal y, además, será una fuente de potasio, betacarotenos y vitaminas A y C.

Históricamente siempre ha sido bien apreciada por sus beneficios. Los nativos americanos creían que las calabazas eran tan nutritivas como para proporcionar energía suficiente y acompañar a sus muertos en su “último viaje”, razón por la cual los enterraban con este alimento.

 

¿Cómo usarla? Aquí unos consejos rápidos

 

La mejor forma de obtener su pulpa es partiéndola primero a la mitad longitudinalmente y después retirar la cáscara y sus semillas. Reserva estas últimas para un delicioso snack, solo tienes que secarlas y dorarlas en una parrilla o comal. Gracias a su consistencia firme mientras está crudas, son ideales para aplicarles calor y saltearlas con un poco de aceite o estofarlas. El color de esta calabaza se intensificará y su sabor se transformará por sí solo o por las especias que utilices.

Una vez cocinada, es excelente como guarnición que conserva cierto grado crocante si se prepara al dente. Otra buena opción es convertirla en puré y aprovechar su esencia tersa y delicada.

 

comida saludable con vegetales

 

Una de las ventajas de esta calabaza es que puede tornarse dulce o salada a través de diferentes preparaciones. Transforma el sabor de la calabaza butternut con jengibre o con especias como clavo, canela, anís o nuez moscada, y utiliza su untoso sabor para preparar purés deliciosos. O bien, usa el toque de una parrilla para dejar ver su sutil sabor dulce con la caramelización que lograrás en su parte exterior.

De ambas formas, se lleva bien con proteínas animales de pescados, aves de corral e incluso res. Mientras que, en la parte dulce, emplearla como relleno de una tarta, de base para una mousse o incluso experimentando con panadería, serán grandes aciertos. Sin duda, la calabaza butternut o mantequilla demuestra que las posibilidades son infinitas cuando se usa este grandioso producto de alma versátil. ¿Listo para cocinar recetas con calabaza butternut?

 

 

También lee: Platos de otoño alrededor del mundo